COLOMBIA ASFIXIADA POR LA CORRUPCIÓN

Opinión Por

Es impresionante el grado de corrupción que invadió a Colombia en los últimos años. Ya ninguna de sus instituciones se salva. Penetró de una manera descarada y agresiva. Sentó sus reales en todas partes, comenzando desde la Presidencia de la república y las Altas Cortes. Siguiendo por el Senado y la Cámara de Representantes, continuando por la Fiscalía general, la Procuraduría, la Contraloría, la Defensoría y llegando a las gobernaciones y a las alcaldías. Todos los ministerios incluyendo el ministerio de la defensa y la policía no se salvan de esta racha oprobiosa No hay un solo lugar donde no se encuentre actuando la corrupción y a sus anchas.

Siento muy indefensa a la sociedad, cercada por los delincuentes de cuello blanco, muy bien preparados en universidades privadas, con certificados de estudios hechos en instituciones educativas del exterior y respaldados por un círculo politiquero insaciable, ansioso de más prebendas y oportunidades exclusivamente personales.

Hay que aclarar que no son cualquier tipo de robos o desfalcos de poca monta. Son verdaderos y cuantiosos atracos que van a significar muchas perdidas de vidas y oportunidades de realización para los niños campesinos y de los estratos populares, como en el caso de Min TIC.  En este vergonzoso episodio se perdieron más de 70.000.000.000 (setenta mil millones de pesos) óigase bien, que fueron destinados para comprar lujosos apartamentos en Miami (EE. UU) y otras excentricidades.

¡¡¡Que corrupción tan canalla!!! No puede seguir.  El refranero, que es la sabiduría popular, así lo enseña: “No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista…”. En otros términos, quiere decir: O se acaba el mal (la corrupción) o se acaba el cuerpo (Colombia). La historia de Francia habla que meses y años antes de la Revolución Francesa, la sociedad estaba jarta de la corrupción y de los crímenes que ocurrían a diario, mientras una clase política, holgazana, se dedicaban todo el tiempo a darse su buena vida, robando el siempre menguado presupuesto nacional, mientras la nación se iba al desastre, como efectivamente ocurrió.

Esta corrupción galopante es la responsable que, en muchos departamentos, los niños de escasos recursos estén subalimentados y mal alimentados, pues los dineros del Estado destinados para la alimentación infantil van a engrosar las arcas de los políticos corruptos que se roban descaradamente ese presupuesto, que es sagrado, recordemos: “Los dineros públicos son sagrados”.

Es una bofetada para cualquier demócrata aceptar que, según cifras de Planeación, el 73% de los hogares colombianos viven en la pobreza y la vulnerabilidad. Es decir, no viven, si no que sobreviven con ingresos inferiores a medio dólar diario.

En el entretanto, la comedia política continua. Los políticos con nuevos ropajes y diferentes disfraces se vienen preparando para la nueva farsa electoral. Esperan como siempre que sus políticas de engaño les den buenos resultados y seguir así esquilmando este sufrido país y robándose descaradamente los presupuestos públicos, creyendo que nunca les pasará nada. De pronto se llevan una desagradable sorpresa. Amanecerá y veremos.

Presidente del Comité Permanente de defensa de los DD.HH. Fue Embajador de Colombia en Europa. Trabajó en el Programa de Paz de la Universidad Pedagógica de Colombia, y es un reconocido defensor de Derechos Humanos.