En tiempos de pandemia, en la que los gobiernos en todos los niveles requieren de súper poderes para dar respuesta a la crisis sanitaria, preocupa que con las declaratorias de estado de excepción, se desborde el poder.
Quién se atrevería hoy a intentar concretar el ideal de la democracia que proponían quienes la crearon. A partir del surgimiento del Estado-Nación, los sistemas democráticos se hicieron mucho más complejos, el reconocimiento de la igualdad y el diseño de una arquitectura institucional mucho más complicada, hacen que nuestra democracia se sustente en el respeto al pluralismo y a los causes que encausan el poder, especialmente el poder político.
Nadie, absolutamente nadie, pensó que nos enfrentaríamos a una pandemia. Que un enemigo invisible nos encerraría en nuestras casas, que nos haría temer a la posibilidad de la muerte. Es que es a la muerte a lo que mayor temor tenemos casi todos. Este escenario ha servido para sacar lo mejor de nosotros, pero también lo peor. La solidaridad ha sido desbordante, pero también nos dimos cuenta del abandono en el que está el sistema de salud, el plano en el que teníamos al personal medico. En contraste nos enfrentamos a los oportunistas corruptos, que desafortunadamente ha sido un número importante, de quienes han aprovechado la situación para presuntamente llevarse unos pesos a sus bolsillos, con la salida de llevar comida a la boca de los más pobres.
Es que hay que ser muy miserable para valerse del hambre de la gente para pretender coimas; hay que ser muy miserable para en plena crisis utilizar medios jurídicos para facilitar la corrupción. Yo pensé que esto nos haría más sensibles, que le apostaríamos un nuevo comienzo, que veríamos en esto una posibilidad de reiniciar, de reinventarnos. Aún estamos a tiempo, aún lo podemos hacer, entre otras, porque el camino que nos queda por recorrer es largo. Hasta que no tengamos una vacuna que nos haga inmunes al virus, seguiremos teniendo contagios y por lo tanto muertos.
¿Qué sentido tiene entonces la democracia en tiempos de pandemia? Y ya lo hemos dicho y siempre me lo han escuchado, los que me han escuchado, seguramente solo quienes han pasado por un aula donde he sido profesor, mis familiares y amigos, ahora lo leerás tú también: los eventos electorales no son la democracia, tampoco la democracia se concreta en los eventos electorales. El ejercicio democrático está en el control, en el que hacen quienes elegimos para esos menesteres, pero también en cada uno de nosotros en ejercicio de lo que conocemos como poder constituyente.
Todos los días estoy más convencido que no tenemos conciencia de eso, de la posibilidad que tenemos de incidir en la vida del gobierno y de orientar vía control social las acciones que los gobiernos toman en todos los niveles. Es y será ese activismo democrático el que nos llevara a mejores estadios. Frente al poder estatal, todos somos un soldado armado, con la posibilidad de encausar el poder, todos somos un centinela de la democracia.