El pasado 23 de marzo se conoció la noticia publicada por Reuters, titulada Venezolano Maduro es un «gran enemigo» para implementar acuerdo de paz en Colombia, según la cual, el Alto Comisionado para la paz, Miguel Ceballos, dijo que “la dictadura de Nicolás Maduro ha hecho un daño tremendo a la implementación de los acuerdos al dar refugio a criminales como Iván Márquez, Jesús Santrich, alias El Paisa y alias Romaña”.
Sorprende enormemente que esa afirmación venga precisamente del Alto Comisionado para la paz, como si la implementación de los acuerdos de paz dependiera de aprehender a los disidentes de la ex FARC antes señalados, y no de la voluntad política del gobierno colombiano.
Al Señor Ceballos se le olvida que las guerrillas surgieron en Colombia por la inequidad que sigue existiendo en los campos del país y por el abandono al que el Estado ha sometido a muchas regiones del país y a las minorías nacionales, pues no ejerce su soberanía en toda la geografía patria.
Con ese artículo, el gobierno nacional parecería demostrar el desconocimiento de sus funciones, sus obligaciones, sus prioridades, la importancia de la implementación de los acuerdos de paz y el rol del Estado en este tema.
Se nota que el gobierno del presidente Duque se encuentra ya en campaña política y tiene que otorgarle a Maduro unos superpoderes, al punto de convertirlo en gobernante de Colombia. Si su homólogo venezolano tiene la culpa de su ineficiencia, entonces ¿quién ejecuta la soberanía, las políticas y el presupuesto del país?
Cabe preguntarse: ¿para que sirven las fuerzas armadas de Colombia, si unos pocos miembros de la disidencia de las FARC son más audaces y capaces y tienen en jaque la institucionalidad colombiana?, ¿Es que para el Alto Comisionado para la paz, la implementación de los acuerdos se reduce únicamente a combatir a los disidentes y a un tema estrictamente guerrerista?
Para los colombianos resulta vergonzoso que el gobierno nacional no conozca los acuerdos y mucho menos cuáles son sus obligaciones frente a su cumplimiento. Con las declaraciones del funcionario encargado de la paz se evidencia una vez más que son ciertas las quejas manifestadas por la comunidad internacional en relación con el incumplimiento de los acuerdos por parte del gobierno nacional..
Parece ser que a los colombianos nos tocará salir corriendo del país como les tocó a los venezolanos, pero a diferencia de ellos, nosotros dizque tenemos un estado democrático. Pero nuestro gobierno enterró la democracia porque no tiene el control del país, no conoce cómo hacer valer las herramientas que otorga la diplomacia y, como si fuera poco, desconoce el Derecho Internacional Público para poner en cintura a su homólogo venezolano, y sus fuerzas armadas no le sirven para acabar con la delincuencia común y la violencia, pero tampoco sabe cómo hacer equidad y cohesión social y menos conoce los acuerdos de paz.
Al menos el mundo sabe que en Venezuela hay una dictadura y que es el caos, pero en Colombia, al parecer, hay un narcoestado paramilitar. Qué realidad tan dura; ya no podemos decir que el país es la democracia más antigua de la región.