LLOVIENDO SOBRE MOJADO
La primera observación que tengo que hacer con respecto a lo que se conoce del Documento de 112 páginas de la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), contratada por la Superintendencia de Servicios Públicos para determinar las acciones a seguir luego de su intervención a ELECTRICARIBE, no dice nada nuevo que ya no se supiera, es como llover sobre mojado. En su diagnóstico llega a las mismas conclusiones a las que había llegado el estudio que contratamos con la experta y ex comisionada de la CREG Carmenza Chahín Álvarez y Carlos Alfonso Rojas Hernández2 , hace ya casi 4 años, cuando me desempeñaba como Ministro de Minas y Energía.
URGE UNA SALIDA TRANSITORIA
Una falencia fundamental de las nueve opciones planteadas por la FDN es que en las mismas se hace abstracción de una realidad del tamaño de una catedral y es el hecho que, aunque ELECTRICARIBE esté intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos con fines de liquidación, sus activos siguen siendo de su dueño, Gas Natural Fenosa (GNF), no son bienes mostrencos. Estamos en presencia de una intervención y no de una confiscación. Por consiguiente, esta se convierte en una gran restricción y reduce el margen de maniobra para implementar cualquiera de ellas, máxime cuando hay de por medio una controversia no resuelta interpuesta por GNF ante la Corte Internacional de Arbitramento del CIADI.
Es evidente que en el contexto planteado por la FDN se requiere encontrar primero que todo una fórmula de transición, que no puede ser “contratar un gestor”3 al que habría que pagarle una “comisión de gestión”4 por hacer lo mismo que viene haciendo el interventor, mientras se adelanta el proceso para la escogencia del nuevo operador. Ello, en razón de que de otro modo se prolongaría en el tiempo la solución, a la espera, entre otras cosas, de los ajustes regulatorios requeridos, que son condición sine qua non para lograr la viabilidad y sostenibilidad de ELECTRICARIBE, tanto desde el punto de vista financiero como operativo.
Pero la peor de todas las opciones que plantea la FDN es la que plantea contratar “un operador que presta el servicio por su cuenta y riesgo, el cual recibe las tarifas y le paga a la distribuidora un derecho de cesión. Otras entidades recaudan y depositan los ingresos en una fiducia. El pasivo pensional sigue a cargo de la distribuidora” 5 . Rico Don Pepe! EL NUDO GORDIANO ESTÁ EN LA REGULACIÓN Coincidimos con la FDN en que ELECTRICARIBE “no resulta atractivo para un inversionista bajo la Resolución 019 de la CREG” 6 , mediante la cual se propone implementar un nuevo esquema de remuneración para los distribuidores de energía del país, que está para comentarios y en que “para generar un escenario viable se requiere, entre otras cosas, ajustes en tarifa que reconozcan el nivel de inversiones proyectadas, la situación actual de la empresa y aportes del gobierno” 7 . Esta Resolución no consulta para nada la realidad del mercado de la región Caribe y por ello deja sin resolver el nudo gordiano en que se ha convertido la regulación. De hecho, como lo manifestamos con respecto a la Resolución de la CREG 097 de 2008, ésta, al tomar como referencia el costo medio histórico y no el costo medio de largo plazo, que propusimos, se da una señal que va a contrapelo de la necesidad de incentivar las inversiones necesarias en expansión para garantizar una mayor calidad y confiabilidad, amén de la reducción de las pérdidas, ya que no le son reconocidas al operador sino ex post8 . Ello es claro como el agua y este es el busilis de la compleja problemática de ELECTRICARIBE.
LA SOLUCIÓN TIENE QUE SER INTEGRAL
La solución tiene que ser integral, como lo plantea el Documento de la FDN y ello demanda el concurso y la concurrencia de los ministerios de Minas y Energía, de Hacienda y Trabajo, además de la CREG, entre otros, ninguno de ellos puede ser ajeno a este problema estructural que compromete la suerte de más de 2.5 millones de usuarios, prácticamente el 20% del mercado nacional y que puede, en un momento dado provocar un efecto dominó que nos conduzca a un efecto sistémico. La FDN apenas esboza sus distintas aristas y la incumbencia de cada uno de ellos, tales como los ajustes regulatorios, particularmente en lo que hace a la fórmula tarifaria, la ejecución del Plan5Caribe, que sigue empantanada, lo atinente a los subsidios y contribuciones, pendientes de ajustes por parte del Ministerio de Minas y Energía, la mejora de los pésimos indicadores de ELECTRICARIBE en cuanto a la calidad de la prestación del servicio, el nivel de pérdidas y las dificultades en el recaudo, así como la reestructuración de la deuda “quirografaria”, referida a aquella que no cuenta con garantías específicas, sino que su única garantía es aquella que ofrece el propio patrimonio del deudor, en este caso ELECTRICARIBE. En suma, en lo que ha trascendido hasta el momento a través de los medios con respecto a las recomendaciones de la FDN no se vislumbra todavía una propuesta de solución pronta y definitiva a este maremágnum en que se ha convertido la calamitosa situación de la prestación del servicio de energía para los usuarios de la región Caribe, que sigue frenando su desarrollo. Ello es tanto más preocupante si tenemos en cuenta que, según registros recientes mientras el crecimiento promedio del consumo de energía en el país en 2017 fue de 1.3% en la región Caribe fue de 3.8%, de lo cual se colige que el stress de la capacidad de distribución de energía en la región es cada día mayor. Y la única forma de repotenciar y estabilizar la capacidad de ELECTRICARIBE para prestar el servicio y de que este mejore son las inversiones contempladas en el Plan5Caribe, que no se pueden seguir aplazando sin que el sistema colapse.
¡TARDE PIACHE!
Está en mora el Gobierno Nacional, particularmente el Ministerio de Minas y Energía, de precisar cuál será la hoja de ruta a seguir, así como también establecer unos plazos y unos hitos de cumplimiento para los distintos pasos a dar en procura de seleccionar un nuevo Operador de red para la región Caribe. En estos días se ha llegado a rumorar la posibilidad de que GNF vuelva a controlar y a operar a ELETRICARIBE, lo que sería impensable pues, como ya lo hemos dicho, hay de por medio un aspecto reputacional insuperable y es que en la región nadie la quiere. Pero, además, es bien sabido que GNF está de salida del sector eléctrico, dado que su Core business está centrado ahora es en el gas. Por ahora estamos en una sinsalida, ya que las recomendaciones de la FDN deja el sinsabor de encontrar en ellas más preguntas que respuestas y lo que es peor llegan en un momento inapropiado para un debate tranquilo sobre las mismas, que no esté interferido por el proselitismo electoral.