Twitter es una red social cuyo fin político en Colombia es en buena medida para debatir, allí los ríos de odio e insultos buscan la mejor tendencia y atacan como lobos cuentas que no opinan como a ellos les parece. Finalmente las redes sociales en parte tratan de eso, de un contacto que no distingue tiempo y espacio, y permite a las personas opinar de su entorno con muy pocas restricciones, incluso a las personalidades antes inalcanzables a quienes ahora sientes que puedes decir lo que pensabas y crees que ellos lo leeran.
Los candidatos han aprovechado esto para generar debates que reafirmen las posiciones de su electorado, argumentando que dicen lo que piensan, rebajan sus adjetivos, entran al campo de los insultos, y detrás de todo eso difunden información mentirosa, engañosa, o irrespetuosa. Y destaco dos casos, aunque existen cientos.
Ordóñez tiene todas las características de aquel que quiere imitar el caso Trump, primero, un elemento que es esencial para él es el de ser noticia a través de los ataques, sin discriminar partido o movimiento, Alejandro Ordóñez se convirtió en lo más ácido de twitter en estas fechas.
Cuando Marta Lucía Ramírez, daba lecciones a todo el sector de la derecha en una foto publicada por Piedad Córdoba en la que aparecían las dos, junto a Clara López Obregón, afirmando “Hoy, en la misa de la Virgen de los Remedios en Riohacha, me encontré y conversé con @mluciaramirez y @ClaraLopezObre, divergencia en nuestros puntos de vista pero siempre cariño y respeto en la diferencia”, Ordóñez no dudó en responder atacando a su competidora en la consulta del 11 marzo y puntera en las encuestas: ¿Será por esto que le parezco «extremista» a la doctora Marta Lucía?.
Aunque Ramírez y Ordóñez han casado pelea desde hace rato, Ordóñez demuestra que es a través de afirmaciones tendencieras como logrará provocar al electorado que no soporta ver ni en una foto a su candidato con las personas que encarnan lo más odian, como si la foto de Uribe y Castro nos hiciera a todos pensar que el ex presidente es “castrochavista”.
Alejandro sabe que existe una cadena de odios y resentimientos colectivos hacia múltiples elementos de la vida pública colombiana, como la FARC, o la idea de que “vamos a ser como Venezuela”. Y como se refleja arriba, no acepta la diferencia, su mundo es de blancos y negros, y su imagen de país es de uno donde las personas solo pueden odiar o ser “cómplices” del Acuerdo de paz, por eso el respeto a la divergencia no es algo que esté en su vocabulario, y sea que lo aplique o no en su vida personal, lo usa todo el día como bandera política.
El segundo caso es del ex Alcalde Gustavo Petro, su twitter ha sido corchado en múltiples ocasiones por mostrar información falsa, pero quizás uno de sus picos más altos fue después del atentado en Barranquilla a una estación de Policía que cobró la vida a nuestros uniformados, Petro quiso sacar rédito de la situación y publicó una foto de contenido explícito de los oficiales heridos o muertos con el texto: ¿Quién fue?. En Barranquilla ocurre un atentado contra la Policía. Esto es hacer trizas la paz. Solidaridad con los familiares y esta juventud que se desangra.
¿Qué quiso decir Petro?, que el atentado (en ese momento no confirmado por el ELN) era producto de una conspiración contra la paz desde la derecha?. o quizás no es ilógica su analogía de “juventud que se desangra” con la imagen de los policías a quienes les brotaba la sangre, mientras afirmaba “solidaridad” con los familiares? Cuál solidaridad?
Pero además tiene una lista de noticias falsas, como en otro tweet que se descata, donde muestra la foto de una supuesta víctima de atraco en febrero de 2016: “Asesinada por abrir su comercio. Paramilitarismo en Córdoba. Pagan por salir a marchar. La ciudadanía bajo terror”, cuando la foto y la noticia eran falsas, incluso la foto fue de un simulacro en Córdoba de criminalistica y no de un asesinato real.
Claro que encontrar defectos al Acuerdo de paz no es difícil, como tampoco hablar de asesinatos y la terrible violencia en nuestro país, como tampoco es difícil criticar con cifras claras lo ocurrido en Barranquilla. Pero estos candidatos aprovechan esta red social para lanzar al estilo Ordóñez: con ataques intolerantes, o al estilo Petro: con falsedad y oportunismo.
Ellos no son los únicos, son quizás los destacados, y es por eso que son los que más preocupan. Si un candidato no tiene escrupulos para lanzar este tipo de información ¿Cómo lo haría con el poder que le otorga la Presidencia?.
No soy ni anti-ordoñista, ni anti-petrista, pero tampoco justifico el uso que dan a sus redes. Usar elementos reales para opinar de la vida política del país es posible, pero buscar desde cada extremo culpar al “castrochavismo” o “paramilitarismo” sin medir los medios, no es el camino.
Después de todo, la forma más rápida de seguir polarizando al país, es hacer creer que una parte de este tiene una intención con la cual no podemos debatir, y así comenzó nuestra guerra hace 50 años.