Colombianos y colombianas se ha llegado el día, después de un largo proceso de campaña donde logramos recorrer muchos departamentos, municipios y sobre todo muchos rincones olvidados de nuestra geografía nacional, hoy nuestra cita es con la democracia.
Ha sido una experiencia extraordinaria, recorrer las calles y campos de nuestras regiones, escuchar el sentir de sus ciudadanos y comunidades nos llena de compromiso y una enorme responsabilidad.
Sentir el abrazo de nuestros mayores, el café caliente de una humilde familia campesina de los más remotos lugares y estrechar la mano de miles de compatriotas es definitivamente un gran orgullo y un privilegio que pocos tenemos.
Las necesidades siguen siendo inmensas en cada región del país, hemos hecho mucho, pero definitivamente nos falta mucho camino por recorrer. Se requiere un gran esfuerzo colectivo para que las soluciones a tanta problemática regional lleguen de manera efectiva y definitiva.
Muchos colombianos en las grandes urbes están afectados por la inseguridad ciudadana, la mala movilidad, y otros por falta de empleo, fenómenos todos que hay que seguir combatiendo con buenas políticas públicas.
Pero sin lugar a dudas, las grandes problemáticas del país siguen estando en la gran Colombia rural, allí hombres y mujeres siguen sometidos a la pobreza, marginalidad y exclusión. Muchos de ellos viven en condiciones precarias, las necesidades básicas insatisfechas siguen sin ser cubiertas por los entes territoriales, la vivienda es una de las grandes peticiones de la gente, al igual que el empleo, agua potable y saneamiento básico, entre otras, porque la lista es larga.
Ayudar a tanta población que hoy pasa necesidades debe ser uno de los grandes retos del corto, mediano y largo plazo y un compromiso indeclinable de quien llegue a regir los destinos del país el próximo siete de agosto.
Sin embargo, a pesar de las vicisitudes propias de la cotidianidad, estos compatriotas son optimistas, siempre están dispuestos a brindar una sonrisa, a ofrecer lo poco que tienen y por supuesto a guardar una esperanza de un futuro mejor.
Graves problemas nacionales que tenemos que enfrentar como la corrupción, les ha quitado oportunidades y desarrollo a las regiones de la otra Colombia, a las regiones olvidadas. La corrupción es el principal mal que aqueja al país, debemos erradicarla por completo y hacer que la inversión social que hoy tanto se reclama llegue de manera contundente a todos los rincones de la patria.
Por eso, es muy importante saber elegir éste 11 de marzo a hombres y mujeres que lleguen al Capitolio a legislar por un fin general y no buscando el interés individual, que tengan compromiso por Colombia, que lideren buenos proyectos para las poblaciones que hoy reclaman soluciones, para que prime la honestidad y la transparencia en sus acciones.
En ese sentido, tenemos nuestra hoja de vida y toda nuestra trayectoria a disposición de todos y todas ustedes, para que sea analizada a conciencia, para que evalúen cada una de nuestras actuaciones a lo largo de 30 años de vida pública, para que sopesen nuestro trabajo legislativo y para que evidencien que todas nuestras acciones tienen resultados.
Nos hemos caracterizado siempre por ser la voz de los campesinos, hoy ellos tienen la Ley 1876 de 2017 que crea el Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria, la norma agraria más revolucionaria del campo colombiano en las últimas tres décadas y de la cual fui coordinador ponente en las discusiones en el Congreso.
Hemos también adelantado un trabajo juicioso en temas ambientales, animalistas, de Paz, de precios justos en los combustibles y defensa de lo público. De tal manera que esperamos que los ciudadanos nos den su voto de confianza éste 11 de marzo, para seguir trabajando por Colombia, para seguir defendiendo e impulsando las causas sociales, para hablar por la provincia, para liderar las grandes conquistas que el país requiere, para estar en Paz con la Naturaleza.