¿Es posible que una empresa supere la crisis financiera generada por la caída a la mitad de los precios de venta de sus productos, cuando además disminuye un poco su volumen de producción? ¿Puede volver a tener niveles de rentabilidad similares a los que tenía antes de la crisis y repartir dividendos a sus accionistas?
Ecopetrol es un caso de respuesta afirmativa a estas preguntas, Así lo demuestran los resultados presentados por su presidente a la última Asamblea de accionistas, los cuales quiero comentar aclarando que desde hace un año soy miembro de la Junta Directiva de la empresa.
La crisis del petróleo es bien conocida. 2014 fue el último año de un ciclo de bonanza con un precio promedio de 99 dólares por barril; en el 2015 se desplomó a a 55 dólares y en el 2016 continuó la caída llegando a un mínimo de 30 dólares y un precio promedio en el año de 45 dólares. Además la producción de Ecopetrol se redujo un poco pasando de 755 mil a 718 mil barriles diarios.
Como consecuencia los resultados de la empresa pasaron de una utilidad de $5.7 billones en el 2014 a una pérdida de $4 billones el año siguiente. En el 2016 empezó el proceso de recuperación y, a pesar de los menores precios, se volvió a un resultado positivo de $1.6 billones. Los accionistas recibieron el golpe de manera que en el 2016 no recibieron dividendos, y el año pasado solo $23 por acción, es decir menos de la quinta parte de lo que habían recibido en el 2015.
Enfrentado a esta realidad, y con la perspectiva de no volver por mucho tiempo a los niveles de precios de los años de la bonanza, Ecopetrol emprendió desde el 2015 un profundo proceso de transformación organizacional y operativa para ser más eficiente reduciendo costos -se lograron ahorros operacionales por $2.8 billones y el costo de extraer un barril de petróleo se redujo de 11.2 a 7.4 dólares- y manteniendo una estricta disciplina en el uso de su capital en inversiones.
Los primeros frutos de este esfuerzo empezaron a cosecharse dese el 2016 y el año pasado se consolidaron. Así se logró una utilidad neta operacional (EBITDA) de 30 dólares por barril, que es igual a la del 2014 cuando el precio del petróleo era el doble, y la utilidad neta de la empresa superó el monto de ese año alcanzando los $6.6 billones, de los cuales se va a distribuir el 55% entre los accionistas, con un dividendo de $89 por acción.
Lo significativo de este resultado es que es una ganancia para todos los colombianos. De manera directa para los 350.000 accionistas minoritarios, e indirectamente para todo el país a través de lo que recibe el Estado como propietario del 89% de la empresa.
La caída de los ingresos petroleros, y no el aumento desmedido del gasto, ha sido la causa principal de las dificultades fiscales de los últimos años: en el 2016 el gobierno no solo no recibió dividendos de Ecopetrol, sino que le tuvo que devolver $2.6 billones de anticipos que había recibido el año anterior. En contraste, este año va a recibir $9.5 billones entre impuestos y dividendos, además de $4.2 billones de regalías para las regiones. Es un petróleo bien hecho para todos.