En política existe una gran discusión sobre las estrategias en digital que se dan en campaña electoral para mostrar con más fortaleza o debilidad a un candidato, o simplemente para crear un escándalo o una tendencia en su contra.
Existe una gran cantidad de estrategias en digital, y podemos aprender bastante de lo que hacen muchos políticos a la hora de responder y usar en favor de una democracia más transparente esas mismas redes sociales, páginas web, etc.
Me llama la atención lo ocurrido en Medellín, con la llamada Bodega de “Fico”, una interesante investigación fue la realizada por De La Urbe, adscrita a la Universidad de Antioquia y que refleja una estrategia de creación de perfiles falsos desde la Secretaría de Comunicaciones de esa ciudad, y reproducida por uno de los cercanos del alcalde.
La idea fue crear más 200 perfiles falsos en twitter, lo que podría llamarse “Fakes”, estos perfiles sirvieron para atacar a concejales opositores del alcalde y además actualmente para promover la candidatura presidencial de Iván Duque.
Claro que es evidente el dilema que se le presenta al alcalde Federico Gutiérrez, a quien dudo que lleguen a probar intervención en política por este caso, pero quien si ve a su alcaldía envuelta en un escándalo por lo que considero: una mediocre estrategia digital.
Crear perfiles falsos es un despropósito
Más allá de si Mateo Gómez Vahos contratista de la alcaldía a quien se señala como el arquitecto de ésta idea, quien además habría coaccionado a miembros de la secretaría de Comunicaciones para crear los perfiles, y más allá de la posibilidad de que se usaran recursos de la ciudad para tal entramado, basta decir que la idea fue en realidad un despropósito.
La formación de opinión en redes sociales como twitter, y la tarea de generar credibilidad, van mucho más allá del número de seguidores y del número de perfiles que mecánicamente mueven una serie de ideas.
De nada sirve lograr una tendencia con perfiles falsos, si las personas realmente no han generado la opinión que está detrás de esa tendencia. El objetivo de una estrategia digital en política exitosa no es solo el alcance de algo publicado, ni si la ola de cuentas que opinan, habla bien o mal de un político, su fin es traducir lo que ocurre allí en opiniones reales que trasciendan lo digital, que lleguen a otras redes, y que haga que gente real vea las opiniones de la gente real, tanto en la red social, como fuera de ella.
De todas las estrategias que pudieron usarse para el crecimiento de seguidores en las redes sociales, o para generar mareas de opinadores en redes que estén a favor o en contra de un político, la peor elegida es la creación de perfiles falsos, autómatas vacíos, que, tomando dos o tres variables de concordancia entre ellos, cualquier investigación nota su montaje.
¿La interacción de las publicaciones de un político x, son mínimamente coherentes con su número de seguidores? ¿Cuándo un político es cuestionado quién da respuestas de su labor? ¿Cuentas falsas, él mismo, personas reales?
Muchos políticos tienen miedo que hablen mal de ellos en redes, como si las redes sociales en general fueran la voz definitiva de lo que piensa la sociedad de ellos, pero no se confunda, la penetración y el alcance de las redes es cada vez más grande, y en lugar de andar pensando como “hacer la trampa” para crear una coraza falsa en twitter que defienda a un político, piense si aunque con más esfuerzo y con más ingenio, lo realmente importante es generar opinión en personas reales, buscar entre sus creencias todo aquello que podemos compartir, y por supuesto persuadirlas, no manipularlas, ese es el futuro de la política en redes sociales.
Próximamente en un texto más amplio y publicado, daré más detalles.