El documento de propuestas del Consejo Gremial Nacional al presidente electo va en contravía del creciente consenso que se ha venido creando en Colombia y en el mundo entero sobre la prioridad que deben tener en las políticas públicas la lucha contra la desigualdad y la pobreza. Parece más bien un documento de los asesores de Trump, no tanto por lo que dice, sino por lo que deja de decir.
Los gremios parten de la definición de las prioridades que debe tener el país en la actual coyuntura: “el incremento necesario de la productividad y la competitividad, las restricciones fiscales, las buenas prácticas y compromisos internacionales, la lucha contra la corrupción, la seguridad jurídica y el respeto de la propiedad privada y la economía de mercado”
Nadie puede cuestionar que esos temas son prioritarios y deben estar incluidos en cualquier agenda de gobierno; la mayoría de las propuestas gremiales son útiles para alcanzar esos objetivos.. Lo cuestionable del documento gremial es la no inclusión de otras prioridades que no solo deben ser parte de toda agenda gubernamental, sino que ocupan un lugar destacado dentro del programa del presidente electo, Iván Duque.
Son mínimas en el documento las referencias a los problemas de la desigualdad y la pobreza en Colombia; de hecho la única mención a ellas dentro del consenso sobre lo prioritario es citando las recomendaciones de buenas prácticas de la OECD. Además es increíble que en pleno siglo XXI se siga viendo la pobreza como un problema de actitud de los pobres que no quieren salir de ese estado: El CGN considera que la lucha contra la pobreza debe abordarse de una manera asertiva generando incentivos para que las personas mejoren su calidad de vida.”
No se entiende como se puede ser tan miope de no incluir dentro de las grandes prioridades nacionales la superación de la pobreza o el cierre de las brechas de raza, genero o ingresos que hacen de Colombia uno de los países más desiguales del mundo.
Es cierto que el papel de los gremios es velar por los intereses de sus afiliados, pero hace mucho rato que el mismo sector empresarial entendió que, como decía Manuel Carvajal, no puede haber empresas sanas en un medio social enfermo.
Por eso es creciente la atención que muchas empresas dan al tema de la Responsabilidad Social y, por ejemplo, para el Consejo Privado de Competitividad “uno de los objetivos transversales y esenciales tiene que ver con todo el tejido social, es decir, cómo logramos tener un país con una paz sostenible, donde no haya brechas, inequidades de género, ni de clases; donde todos quepamos”. El Consejo Gremial va en otra dirección.
Uno de los tres pilares de los programas de Iván Duque es la Equidad. A lo largo de toda la campaña electoral, y también después de ser elegido ha insistido en que su objetivo es “la construcción de un gran ‘Pacto Nacional’, entre todos los sectores sociales con el objetivo de unir el país, derrotar la pobreza, e incrementar el bienestar de toda la sociedad”. Es de esperar que la visión miope de los gremios no le haga cambiar el rumbo, y estos propósitos se conviertan en efectivas políticas públicas para la construcción de un país sin pobreza y con menos desigualdades.