El 2019 será el año en que la participación del agro colombiano dentro del Presupuesto General de la Nación sea la más baja de los últimos ocho años, un hecho que impactará de manera negativa a uno de los sectores más importantes en nuestro país.
Sobre éste particular recientemente se debatió en la Comisión Quinta del Senado, donde el preocupante panorama fue dado a conocer al alto gobierno en cabeza del Ministro de Agricultura Andrés Valencia, quien asistió al debate, escucho las inquietudes del legislativo y se acordó buscar soluciones para nivelar el rubro deficitario que hoy está en 315 mil millones de pesos menos con respecto al 2018.
La vigencia fiscal 2019 prevé una asignación de recursos en $2,1 billones de pesos, comparado con los más de $2,4 billones asignados para el presente año.
Colombia es un país netamente agropecuario, con más de 39 millones de hectáreas aptas para la productividad, aporta el 7% del Producto Interno Bruto y sin embargo sólo recibe el 0.8% dentro del presupuesto, hecho desde todo punto de vista lamentable con un renglón de la economía que tanto contribuye a la economía y empleo nacional.
En la gran ruralidad nacional habitan doce millones de campesinos, que con su esfuerzo y dedicación madrugan todos los días de la semana a labrar la tierra para producir el alimento que consumimos a diario en nuestras ciudades, llegó la hora de reconocer a quienes nos garantizan la seguridad alimentaria.
Nuestro país además de un presupuesto acorde a las requerimientos del campo, necesita mayores recursos para innovación, para ciencia y tecnología, para emprendimiento, para incentivar a nuestros jóvenes a que se queden en el campo y no migren a las grandes ciudades a engrosar los cinturones de miseria, el campo hoy se está envejeciendo y necesitamos recuperarlo, reactivarlo, hacerlo más productivo y competitivo.
Colombia puede ser incluso una potencia agrícola no sólo del hemisferio, sino del mundo, pero debemos respaldar y apoyar decididamente a este sector, tenemos que tenderle la mano en diversas áreas, en vivienda rural, en programas y proyectos para la mujer rural, para estimular a las nuevas generaciones a que se vuelvan empresarios del campo, a tecnificarlo, a brindar mayor asistencia técnica, muchos de estos puntos ya están establecidos en la Ley 1876 de 2017 que creó el Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria y de la cual orgullosamente fui su ponente, ahora tenemos que velar para que la norma se cumpla a cabalidad.
Al campo le debemos entregar también buenas vías terciarias para que haya una verdadera y óptima comercialización de los productos, debemos combatir la intermediación que arruina a los pequeños productores, tenemos que velar para que los precios de un producto insigne que nos reconoce a nivel mundial como el café logre tener un fondo de estabilización de precios, que compense todo el esfuerzo de nuestros cafeteros.
Lo mismo hay que hacer con las 350 mil familias que se dedican a la producción panelera en todo el país, hoy pasan un trago amargo por la falta de apoyo estatal, se necesita entonces de voluntad política y cumplir los compromisos pactados con el gremio.
Así mismo las familias paperas de departamentos como Nariño, Boyacá y Cundinamarca hoy están asfixiadas, debido a los bajos precios del tubérculo y ni qué decir de los lecheros y arroceros que están casi que en la quiebra por cuenta del contrabando y altos precios de los insumos que los tiene en jaque.
De tal manera que en el sector agropecuario convergen todos los factores habidos y por haber, no podemos seguir castigando a un sector tan noble y valioso para el país.
Ahora bien, llega la etapa del posconflicto y uno de los puntos centrales de los acuerdos de Paz de La Habana fue el punto uno sobre Reforma Agraria Integral, que establece todas las herramientas para fortalecer y apoyar al campo colombiano, pero hasta el momento está en letra muerta y no lo podemos permitir, la Ley se hizo para cumplirla.
De nuestra parte seguiremos alzando la voz desde el Congreso de la República para lograr un buen trato dentro del Presupuesto General de la Nación de la vigencia fiscal 2019 para nuestro campo, defenderemos el sector en cada una de las discusiones como lo hemos venido haciendo desde hace años y seremos siendo aliados incondicionales de esos doce millones de hombres y mujeres que habitan la gran ruralidad nacional y que hoy están esperando soluciones de fondo del Estado colombiano.