Frente al proyecto de Ley de Financiamiento que tramita el gobierno nacional en el Congreso de la República, quiero decirle a la gente del sur del país y de Colombia que, ni el Partido Liberal, ni menos Guillermo García Realpe, vamos apoyar que se grave de manera muy onerosa a la clase trabajadora, a la gente vulnerable de Colombia y por supuesto a la clase media con el 18% a la canasta familiar, a la canasta básica de consumo a los colombianos.
No al IVA ni del 18, ni del 10, ni del 5, ni del 1%, a los huevos, a la panela, a la leche, al arroz, a la papa, al plátano, definitivamente al plato básico de los colombianos.
De una vez por todas hay que decirle al país, al gobierno y a nosotros mismos que esto no es una Ley de Financiamiento, el gobierno no está planteando que se va a cubrir el hueco o déficit fiscal del año 2019 del próximo presupuesto general de la nación, porque hasta aquí no nos han dicho que esos impuestos van a tener vigencia de un año, tanto el impuesto al consumo, el IVA a la canasta familiar y otro tipo de gravámenes a los ingresos o la extensión de la base tributaria para poner a presentar declaración de renta a cientos de miles de colombianos más, eso no lo ha dicho que va a tener vigencia de un año, eso nos recuerda al 4×1000 que se planteó de tener vigencia inicialmente 2×1000 por dos años, y hoy tenemos 4×1000 por tiempo indefinido, entonces no es una Ley de Financiamiento, ese nombre es un eufemismo, no se está llamando como se debe llamar esa propuesta del gobierno nacional que no es más que una reforma tributaria.
Es una reforma tributaria honda y lironda y así hay que llamarla, la reforma tributaria NO la apoyaremos, no le conviene al país, no le conviene a los colombianos, ni a la clase de los estratos bajos, porque lo que va a gastar un 18 o 20% equivale a $200 mil mensuales más de su canasta básica familiar y la propuesta de devolverle $51 mil, que es una propuesta complicada, irrealizable, el pueblo no está bancarizado, la gente vive en una situación no solo de informalidad en materia de trabajo, sino de informalidad en el manejo de sus bajos ingresos, porque la gente prácticamente vive es del rebusque y con ingresos muy temporales y no existe hoy por hoy ni siquiera un canal básico para pagar el subsidio del gas propano de GLP que tiene la gente del Macizo Colombiano que no les llega a todos porque no está bien registradas la gente del Sisbén o los mecanismos de identificación de la gente beneficiaria de los “subsidios” del Estado, no se puede atender a 200 mil familias que hoy tienen subsidio al gas GLP porque hay dificultades para llegarles a todas con el subsidio del gas, menos le van a llegar a millones de familias en Colombia, es decir, que esos $51 mil ni corresponden a 200 mil de mayores gastos, ni se va a poder pagar fácilmente, es decir, que eso es una entelequia, es un mecanismo más de dispersión de la atención a la gente.
Y segundo a la clase media que sí va a ser golpeada en esta circunstancia, porque se va a gravar mucho más su demanda, su consumo diario, mensual y anual por supuesto y no va a tener ningún reembolso de esos recursos, así que la clase media va a ser la más golpeada, la gente del estrato 3 y 4 que es la gran mayoría de los colombianos.
Esto es una reforma tributaria como lo hemos manifestado, una reforma tributaria con letra MAYÚSCULA que va a beneficiar a los ricos, que va a reducir impuestos para ciertos empresarios, no va a beneficiar a pequeños empresarios o pequeñas empresas familiares, pero para ellos sí va a haber reducción de los impuestos y va a haber trepada para las clases populares.
Esto es una reforma tributaria con ganadores que son los empresarios ricos y una reforma tributaria con perdedores para la clase media y para los estratos 1 y 2.
¿Será entonces que lo que traduce la economía naranja es exprimir a los trabajadores y a las clases populares de nuestro país?