El domingo 25 de noviembre una nueva disputa territorial pone en alerta a los principales actores de la política mundial. Una vez más Rusia y Ucrania generan altas tensiones defendiendo con fuertes argumentos sus determinadas posiciones, frente a lo cual la comunidad internacional también ha reaccionado en defensa de la legitimidad.
Los hechos enunciados concuerdan en que tres embarcaciones de Ucrania salían del puerto de Odessa en el mar negro con destino a Mariúpol en el mar Azov cuando la guardia fronteriza rusa atacó militarmente y detuvo a tres embarcaciones de Ucrania apresando a los tripulantes, que se dirigían por el estrecho de kerch.
Inmediatamente tanto Rusia como Ucrania se culparon entre sí de violar la norma internacional. Rusia se fundamentó en la soberanía que tiene sobre el área puesto que después de 2014 con la anexión de Crimea, Rusia considera propias las aguas territoriales en torno a la península. Por tanto considera un hecho provocante lo que Ucrania realizó cuando dos barcos de artillería y un remolcador intentaron cruzar por esta área sin ningún tipo de notificación previa. Además el presidente Putin ha entendido el cruce de las embarcaciones ucranianas como una estrategia electoral de Poroshenko para 2019, y su gobierno consideró no apropiado el hecho de no dar ningún tipo de aviso previo sobre el traslado de los buques, sobre los cuales manifiestan que se trataba de buques de guerra.
Sin embargo Ucrania expresa que ha sido Rusia quien cometió el abuso puesto que está violando la convención de derecho marítimo de la ONU de 1982 y el acuerdo ruso-ucraniano sobre el mar Azov y estrecho de kerch, firmado en 2003 por parlamentarios de ambos países, donde se afirma que el mar Azov es de gestión conjunta, que puede ser usado libremente por buques comerciales, incluso militares de ambos países y de algunos buques internacionales invitados.
Cabe resaltar que la convención de Naciones Unidas sobre el derecho al mar establece que debe existir paso libre independientemente de la propiedad de las aguas territoriales, siempre y sea un desplazamiento inocente. Es decir, que no se puede evidenciar ningún comportamiento hostil o de lo contrario ya no entraría al amparo de la norma internacional.
Además la OTAN, la Unión europea y Estados Unidos han calificado de inaceptable el uso de fuerza militar de Rusia contra las embarcaciones. Manteniendo la posición de apoyo a Ucrania como ha ocurrido particularmente desde la anexión de Crimea a Rusia en 2014.
Por una parte, las consecuencias que le pueden esperar a Rusia por el apresamiento, se pueden constituir en mayores sanciones por parte de occidente. Adicionalmente, las sanciones previstas frente al no cumplimiento, de determinados compromisos previos por parte de Rusia puede conllevar a fuertes alteraciones en el ámbito financiero. Puesto que se atacaría el sistema bancario, generando una posible bancarrota y también se puede desatar una inflación del rublo que reforzaría al dólar. Pero hay quienes consideran que Rusia tiene un sistema financiero tan fuerte que no se debilitaría.
Por otra parte, al evitar el libre paso de buques de Ucrania por el estrecho de krench puede traer consecuencias económicas negativas para Ucrania porque no le sería posible utilizar su único medio de salida del área para desplazar los buques por el mar negro y mar Asov. De igual manera afectaría el flujo comercial con occidente. Y especialmente tensionaría el conflicto de dominio territorial por Crimea, la cual tiene una posición estratégica por tener reservas de gas al norte del mar negro. El conflicto por esta península se ha dado desde 1774 iniciando con el dominio de la República Federativa Soviética de Rusia, pasando a dominio de la Republica Socialista Soviética de Ucrania desde 1945 a 1954, hasta que en 1991 se desintegra la URSS, y en 1996 Ucrania reconoce una nueva constitución dándole mayor autonomía a Crimea con la condición de no elaborar legislación que este en controversia con las leyes de Ucrania. Hasta que en 2014 se da la revolución ucraniana y Rusia realiza la anexión de Crimea a su territorio, lo cual fue visto como ilegal frente a la comunidad internacional. Hechos que fundamentan la actual discusión entre los dos países a partir del reciente apresamiento.
Actualmente el presidente de Ucrania ha autorizado la ley marcial durante 30 días, hecho sobre el cual Rusia sigue fundamentando la intención de provocación de Ucrania con el envío de la tripulación, para así, según lo menciona el gobierno de Rusia, tener la justificación para declarar el estado de excepción.
Frente a los sucedido, la norma internacional es clara frente al legítimo derecho de desplazamiento libre en aguas territoriales, así como los sucesos históricos de territorio, poder y dominio también lo son. Queda en tela de juicio la verdadera intención de los respectivos hechos teniendo en cuenta las estrategias de política interna y política externa tanto de Rusia como de Ucrania.