Termino la primera legislatura del cuatrienio legislativo y la verdad, en términos generales, el balance para el Congreso de la República es agridulce. Primero, porque las grandes reformas y los proyectos de interés nacional brillaron por su ausencia.
Por el Capitolio Nacional, todas las semanas desfilan Ministros, Ministras y altos funcionarios del Gobierno, pero todos sin mayores resultados que mostrar en sus diferentes carteras. Las intenciones del Gobierno en las grandes coyunturas del país, se quedaron en eso: en buenas intenciones. El Presupuesto General de la Nación, pasó con dificultades, lo propio el Plan Nacional de Desarrollo que pasó raspando a última hora ante un quorum muy frágil y el gran desgaste del legislativo en temas de Paz, especialmente con la iniciativa presidencial de objetar la JEP, en ese trance, el Congreso se vio enfrascado en debates ideológicos, doctrinarios y aburridos durante más de un mes y medio.
Ahora bien, en el balance personal, tengo que decir que como es nuestra costumbre realizamos una labor legislativa seria, comprometida con nobles causas sociales y principios que siempre defendemos desde lo más profundo de nuestro matiz ideológico. Asistimos al 99% de las sesiones, tanto en la Comisión Quinta, como en la Plenaria del Senado, demostrando así nuestro compromiso y responsabilidad a la hora de representarlos.
En materia de iniciativas que hoy ya son Ley de la República y que tuvimos el gran honor de asumir sus respectivas ponencias, durante el primer año legislativo, podemos destacar la Ley 1930 de 2018 conocida ya como la Ley General de Páramos, que protege de manera integral a nuestros 37 ecosistemas, de acuerdo a tres principios: preservación, restauración y manejo especial.
Así mismo impulsamos la Ley 1931 de 2018 o Ley sobre el Cambio Climático, logrando así que nuestro país de los primeros pasos hacia el cumplimiento de los compromisos adquiridos bajo el Acuerdo de París (ratificado por Colombia el 22 de abril del año 2016), en relación con las medidas que deben tomar los países parte para el mejoramiento del Cambio Climático. Sin duda, es una Ley de gran relevancia por todo lo que representa.
Otra iniciativa de suma importancia que ya pasó a sanción presidencial y que está a punto de ser Ley de la República, es la que prohíbe y regula el uso de plásticos y otros materiales de un único uso en el Archipiélago de San Andrés, Santa Catalina e Islas Menores, como medida de protección a los ecosistemas marinos y desde luego a la gran reserva de biosfera SeaFlower de 350 mil kilómetros cuadrados. Es una medida que buscaremos ampliar de manera gradual al resto del país, especialmente a aquellas ciudades y puertos que hoy sufren a gran escala el fenómeno de contaminación, como Tumaco, Buenaventura, Puerto Colombia, Barranquilla y otras.
Logramos de la misma manera avanzar en otros proyectos que cursan su trámite para los respectivos debates, como por ejemplo, el Proyecto de Ley 196 de 2018 el cual autoriza la adjudicación de uso de baldíos en reservas forestales protectoras-productoras y de reserva forestal de la Ley 2° de 1959. El Proyecto de Ley 201 de 2018 por la cual se regula lo previsto en el parágrafo 5° del artículo 361 de la Constitución Política relativo a los programas y proyectos de inversión que se financiarán con recursos del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación del Sistema General de Regalías, de igual manera el Proyecto de Ley 251 sobre polinizadores, que aunque se hundió en su último debate deja un gran mensaje, habrá que insistir en él, para preservar la vida de las abejas que son los seres que nos garantizan nuestra seguridad alimentaria y que hoy están en riesgo de desaparecer. Otro Proyecto es el 134 de 2017 el cual restringe las emisiones contaminantes de fuentes móviles, de gran importancia para evitar la polución que hoy inunda con partículas contaminantes a las principales ciudades colombianas.
El proyecto de prohibir el fracking en yacimientos no convencionales es otra iniciativa que impulsamos desde la Comisión Quinta, su camino ha sido accidentado, pero no vamos a desfallecer en ese propósito, también tenemos el Proyecto de Ley 97 de 2018 que busca la restauración de ecosistemas con especies nativas y un proyecto regional para lograr que en el mediano plazo el Concurso Internacional de Tríos de Pasto sea reconocido como Patrimonio Cultural de la Nación.
Como pueden ver, todos estos proyectos tienen un corte ambiental y de preservación del Medio Ambiente, en concordancia con nuestro mensaje de lograr Paz con la Naturaleza.
En temas de control político, lideramos sendos debates desde la Comisión Quinta del Senado, sobre la crisis de Hidroituango que puso en vilo a todo el país desde el pasado 28 de abril del 2018, fecha en que se presentó la primera gran contingencia. Del mismo modo llevamos a debate el grave tema de la deforestación en Colombia, fenómeno que preocupa mucho por lo que representa, no podemos seguir permitiendo que nuestro país pierda más de 280 mil hectáreas cada año por cuenta de este flagelo.
Finalmente desde la Comisión de Paz, alzamos también la voz por la grave ola de violencia que se sigue registrando en varias regiones del país por cuenta de asesinatos a líderes sociales, líderes políticos y militares, que empañan la tranquilidad y pone en riesgo lo logrado en el proceso de Paz con las FARC.
Seguiremos a partir del 20 de julio, cuando se inicie la segunda legislatura del Congreso de la República defendiendo todas las causas sociales, y siendo coherentes con nuestras propuestas de campaña e insistiendo en sacar adelante todas las iniciativas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los colombianos, esperamos que el pleno del legislativo también este a la altura de este desafío y que no sea inferior a sus responsabilidades.