Completa un año y unos días el Presidente Iván Duque al frente del gobierno nacional y a decir verdad, el balance en términos generales de estos doce primeros meses ha sido un balance muy pobre.
En temas de paz, de economía y en la débil agenda legislativa se raja el Presidente Duque y su gobierno. No es un buen balance y fue un año que lo consideran de aprendizaje, pero por supuesto, no se puede ir a aprender cuando se tiene tan sólo cuatro años, se tiene que llegar a una tan alta responsabilidad ya sabiendo el desempeño, los compromisos, los retos y los desafíos.
Los grandes proyectos nacionales no se vieron, no se aprobaron y la agenda fue de carácter partidista y eso no conllevó a los consensos que se requieren en un Congreso de tantos sectores políticos diversos.
En temas de economía el balance tampoco fue alentador, el gobierno Duque se quedó corto en varios frentes, las señales son muy grises, hay muchos nubarrones en temas de inflación, en temas de crecimiento económico, el disparo de la divisa norteamericana que ya bordea los $3500, el desempleo sigue disparado y ya alcanzamos la penosa cifra de dos millones 300 mil colombianos que hoy no tiene trabajo, la informalidad entre tanto crece y la inversión extranjera tampoco se ve a gran escala.
Durante la reciente Ley de financiamiento o reforma tributaria, Duque dio grandes gabelas a los empresarios rebajándoles diez billones, ¡sí diez billones! en pago de impuestos con el compromiso de que generarían más fuentes laborales, pero a estas alturas la realidad es otra, ¿será que los empresarios y la industria le hicieron conejo?, ¿será que en los tres años que quedan de gobierno sí cumplirán? Son preguntas que nos hacemos y que hoy no sabemos lo que pasará en el mediano plazo con la empleabilidad del país.
Y qué decir también en temas de cumplimiento a los acuerdos de Paz, en eso sí prácticamente se dedicó el gobierno nacional a dispararle al proceso de paz, a promover proyectos que complican el desempeño de la JEP y prácticamente hacer trizas el proceso de paz que hoy lo reconoce el mundo entero y Colombia por supuesto, yo creo que eso indujo a un balance negativo.
La polarización que se tomó el escenario político nacional y que cada vez crece en enfrentamientos y señalamientos de odio y sumado al exterminio sistemático de nuestros líderes y lideresas sociales fueron otros de los lunares que el gobierno no logró contener ni tampoco minimizar. Preocupa que no avancen los proyectos que tienen que ver con la sustitución de los cultivos ilícitos y los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial PDET, y los Programas Integrales de Sustitución de Cultivos Ilícitos. En eso también le fue mal al gobierno Duque.
En materia de seguridad, el panorama tampoco es muy alentador, vemos todos los días como la inseguridad ciudadana se toma pueblos y las grandes urbes, el pie de fuerza es insuficiente para contener el accionar delictivo, de igual forma no se impulsó una agenda de paz con la guerrilla del ELN y se decidió enfrentarlos por la vía militar con los riesgos que ello implica sobre todo en vidas humanas y daños para la infraestructura y nuestro medio ambiente.
El modelo de salud tampoco tiene mejoras, y el sistema educativo necesita abrirle las puertas a la calidad y excelencia académica, tiene que ser generoso con los jóvenes bachilleres para que puedan acceder a la educación superior para que a la vuelta de unos años tengamos más profesionales que le aporten al país en las distintas áreas.
En temas regionales, por lo menos a lo que Nariño le compete, las inversiones no se han visto, nuevas inversiones no las hay, están en la ejecución de los proyectos que arrancaron en el gobierno pasado, como la doble calzada de Pasto a Rumichaca, pero nuevos proyectos en éste año no se iniciaron y además la ejecución está muy lenta.
Esperamos que en los tres años que le quedan al gobierno, logre repuntar, logre cumplir las metas y los ejes de equidad, legalidad y emprendimiento, que todas esas propuestas de campaña se cristalicen, se hagan realidad. Hay un equipo de ministros independientes y dinámicos, pero déjenlos trabajar, no los tengan prisioneros de la ideología de su partido, también tienen que entender que Iván Duque es el presidente de todos los colombianos, y no el presidente de un sector político, sí le va mal al presidente, pues le va mal al país y eso es precisamente lo que no queremos.
Así que hacemos votos para que Colombia retorne a su rumbo y logremos ser ese país que todos queremos, con equidad, con Paz, con inversión social y proyectado al futuro como una nación prospera y con oportunidades para todos.