El anuncio reciente de algunos cabecillas disidentes de las FARC, como Iván Márquez, Jesús Santrich, “El Paisa”, entre otros, donde manifiestan volver a empuñar las armas, nos deja tristes a quienes siempre hemos defendido, confiado y respaldado la Paz de Colombia y la reconciliación nacional.
Frente a ese anuncio que puso al país en vilo, porque para muchos colombianos nuevamente está la sensación que suenan los tambores de la guerra, sobre todo en la otra Colombia, la Colombia profunda, marginal y excluida que es la que paga los platos rotos de la guerra y la que pone los muertos de humildes familias.
Sobre esto, tengo varias lecturas, conceptos, sentimientos, la verdad esto nos ha impactado mucho, pero en medio de esta circunstancia crítica de la Paz en Colombia, debemos guardar la cabeza fría y manifestar que el proceso de Paz que se llevó a cabo en años anteriores y que se selló con la firma definitiva en el 2016, es un proceso que sigue siendo histórico, que sigue siendo importante, y que ante la crisis de hoy debe reafirmarse mucho más.
El llamado es para que el Gobierno Nacional en cabeza del Presidente Iván Duque, reafirme la voluntad del Estado colombiano, no de su partido, porque como sabemos ese partido lo que ha hecho es dispararle a la Paz en muchas ocasiones. Fue el señor Fernando Londoño Hoyos, el director ideológico quien dijo que al proceso de Paz había que hacerlo trizas, cosa que deben estar celebrándolo los guerreristas y la gente que alrededor de la guerra tiene el negocio de suministrar los pertrechos, las fumigaciones, etc.
También un llamado a la sociedad colombiana, que a pesar de esta desorientación nos reafirmemos en el proceso de Paz, y también manifestarle a los desmovilizados, al partido político de la FARC a que sigan liderando, no es un secreto que el 90% de sus excombatientes le han venido cumpliendo al país, por supuesto que el Estado y el gobierno tienen que enviar mensajes de tranquilidad a todos los desmovilizados en los ETCR y a la gente que está en las regiones. Por parte del Congreso y especialmente desde el liberalismo seguiremos reafirmando nuestro apoyo al proceso.
Al país decirle que la Paz es la única vía, debemos ponerle bases al desarrollo y ponerle a fin a problemas graves como la pobreza, la marginalidad, la falta de oportunidades, la falta de desarrollo en nuestros departamentos marginados.
Todos sabemos que desde el centralismo bogotano, no se mira las dificultades que se viven en las regiones, lo que se vive por ejemplo en el Pacífico, que en medio de la pobreza, marginalidad y la falta de desarrollo campean las organizaciones al margen de la ley, o los grupos guerrilleros residuales o la guerrilla del ELN y ahora la nueva guerrilla que quiere retomar las armas y que ojalá rectifiquen y que vayan a cumplirle a la justicia transicional. Recordemos que Iván Márquez y Jesús Santrich, firmaron el acuerdo de Paz, no le pueden fallar al país.
Los amigos de la Paz estamos preocupados, pero optimistas de seguir trabajando, los guerreristas pueden estar de fiesta. Está crisis debemos superarla entre todos los colombianos que queremos y respaldamos la Paz.
Es momento de entre todos y todas cerrarle las puertas a la guerra y a la violencia que lo único que conduce es al caos, a aumentar la fábrica de víctimas y a posicionarnos de nuevo como un país violento ante el mundo, es hora de que todas las fuerzas que convergemos en la paz y la reconciliación nacional redoblemos esfuerzos para evitar que el sufrimiento y dolor de muchas familias se reviva, esa página oscura de la historia de nuestro país debe quedar atrás como el anhelo de unos pocos guerreristas que se lucran con el negocio de la guerra.
Es hora de decidirnos a tomar el camino de la Paz, ese camino que conduce a una verdadera transformación, a la reconstrucción del tejido social, la guerra además de cercenar vidas de compatriotas, es el mejor distractor para desviar la atención de los asuntos graves del país como la corrupción y como dijo el ex presidente Juan Manuel Santos y el jefe negociador Humberto de La Calle, la Paz de Colombia no tiene marcha atrás, y todos los colombianos debemos arroparla.