No se si mi pluma pueda describir el dolor que siento por la muerte de los menores de edad destrozados por bombas asesinas vomitadas por el aparato militar del Estado. Inmenso sufrimiento y el alma rota tienen sus padres, hermanos familiares, amigos y los buenos colombianos. No hay derecho que muchachos pubertos que apenas los iluminaba el sol de la vida, ingenuos, soñadores, reclutados a la fuerza y con engaños por criminales hayan dejado en cráteres profundos pedazos de su cuerpo tierno y con ellos sus esperanzas.
La guerra se los cargo y sus cuerpos despedazados y ensangrentados quedaron como huella indeleble y vergonzante en los surcos de la tierra patria que los vio nacer.
Los protagonistas del holocausto infantil callaron, se escondieron en la manigua unos y los otros en sus confortables despachos oficiales adornados con banderas entre ellas la de la guerra. El Gobierno guardó silencio cómplice sobre lo abominable y destacaron en comunicados y en los linotipos de la gran prensa sobre el exterminio de bandas residuales de la guerrilla en un “IMPECABLE “ operativo de las Fuerzas Armadas de la Republica. Pero lo que no informaron fue que en ese operativo cayeron muchachos inocentes como consecuencia del tremendo error de inteligencia militar al no percatarse de la presencia de jóvenes en ese campamento o si lo sabían pusieron miserablemente el principio de que el fin, exterminar los jefes de la disidencia guerrillera, justifica los medios, bombardeo indiscriminado, así cayeran muchachos inocentes reclutados con pistolas y engaños.
Cayó el Ministro de la Defensa que ya tambaleaba por su ineptitud, mendacidad y por carecer de ascendencia y autoridad frente a los mandos y la tropa. Pero y los demás pasan de agache? Y el Comandante del Ejército tan cuestionado desde el mismo momento de su ascenso? Y el Comandante de Inteligencia Militar? y el Comandante del operativo? Todos ellos habrán de responder así no los remuevan de sus cargos.
Matar niños e inocentes en la guerra, hacer caso omiso a la protección de los derechos humanos sin observancia del derecho internacional humanitario y sus protocolos tienen una tremenda incidencia y se califican como delitos de lesa humanidad sujetos a juzgamiento por la Corte Penal Internacional cuando los tribunales de justicia del país no actúan.
En países civilizados donde la defensa de principios universales como los derechos humanos y más cuando afecta a la población vulnerable y desprotegida es sagrada, ya hubieran caído los altos mandos militares comprometidos con el indiscriminado operativo militar.
Esos yerros fatales no pueden volver a suceder, el monstruo de la guerra no puede engullirse a nuestros niños campesinos inmaduros y llenos de inocencia so pretexto de eliminar a los bandidos. La guerra también tiene sus protocolos que han de cumplirse por los actores del conflicto. Malaya la hora para la patria por este absurdo acontecimiento.
Solidaridad sentida con los padres de los niños caídos que les agobia y carcome el dolor de la partida injusta de sus hijos.