Ponernos de acuerdo en lo fundamental decía Álvaro Gómez, pero en Colombia parece que ni siquiera quienes trabajan “unidos” se ponen de acuerdo en lo fundamental.
Las consultas presidenciales eran la oportunidad de las diferentes corrientes ideológicas para construir plataformas que le respondieran a los diferentes electorados que buscan como locos a un líder que represente su corriente. Lo que vimos, muy diferente a coaliciones, fueron contiendas electorales donde no había acuerdos y menos similitudes.
Con los números, reales o no, es fácil evaluar los resultados tanto de los candidatos como de las diferentes coaliciones.
Comencemos con el Equipo Por Colombia. Sus resultados son la muestra de haber logrado capitalizar el miedo frente a Petro por encima de Uribe y unir al país en torno a me identiFICO con el mayor dolor de ese sector, el bolsillo y la economía. El acierto de Federico fue no descansar y hacer campaña constante desde hace un año. El desacierto de David Barguil fue comenzar tarde. Si queremos verlo de manera general, el desacierto del Equipo por Colombia fue permitir que Alex Char llegara hasta el final con sus cuestionamientos y cuando sus votos podrían haber fortalecido aún más a Federico o a Barguil para llegar con números más contundentes. Un desacierto de todos fue no cuestionar la corrupción que es el titular diario en Colombia y que tanto rodeaba a uno de sus candidatos.
Evaluar los resultados del Pacto Histórico es polémico, con y sin los 500 mil votos que aparecieron. Petro está igual que hace 4 años. Su única oportunidad para ser presidente de Colombia es ganar en primera vuelta y los resultados de las consultas presidenciales dejan claro que no lo va a lograr, ni siquiera con las “maquinarias” de Benedetti, Luis Pérez o Roy. El desacierto de Petro, sin duda, ha sido moderar su imagen, pero no su discurso. Desacierto de Petro será siempre su soberbia.
Aciertos los de Francia Márquez que logró llevar votos lejanos a Petro al Pacto Histórico, con su historia, determinación y visibilización de la periferia colombiana, con su paciencia al interior de un “pacto” que la irrespetó una y otra vez y desconoció su capacidad de movilización. Acierto además lograr más votos que Sergio Fajardo, un excandidato presidencial, “líder” del Centro Esperanza, exgobernador y exalcalde. Acierto de Francia fue despertar emociones contando su historia y siendo auténtica.
Desacierto fue la coalición Centro Esperanza y la idea de unir los egos de quienes creen que encarnan el Centro y no entienden que la política no se cambia de un día para otro. Campañas vacías, sin emoción, sin contenido, sin contraste. Desacierto el de Fajardo al hacer una campaña silenciosa porque sabía que él ganaba por descarte; sabía que sí había contienda al interior de la Centro Esperanza, podría darles juego a candidatos con mayores capacidades que él. Desacierto para Fajardo fueron los pocos debates que se dieron entre ellos y en los que vimos un Carlos Amaya hábil, un Alejandro Gaviria que se hizo escuchar, aunque todo fuera espuma.
Desacierto de Rodolfo Hernández fue no medir los tiempos, jugarse todas las cartas cuando la contienda no había comenzado y quedarse fuera del juego al no participar en las Consultas.
Desacierto es seguir con las estrategias de las Consultas. Acierto será revisar sus números y estrategias, bajar los egos y hacer acuerdos sobre lo fundamental al interior de cada una de las corrientes para ofrecerle claridad al electorado y no seguir divagando entre ataques.