La política colombiana ha visto en los últimos años un gran cambio en la forma como se organizan las fuerzas políticas, ¿Alguien imaginaba este panorama en 2010 cuando Juan Manuel Santos ungido por el entonces presidente llegaba victorioso a la Casa de Nariño?
Durante los últimos 8 años también hemos visto una gran cantidad de cambios: la resolución de un Acuerdo de paz con las FARC, el nacimiento de una oposición relevante en las urnas guiadas por la figura del expresidente Uribe, el posicionamiento del debate de las ideas progresistas, como aborto, los derechos LGTBI y de las minorías regionales que rechazan la explotación de hidrocarburos, entre muchos otros.
Todo lo anterior ha puesto en aprietos las posiciones de la clase política, sus caminos han sido variados, como en la decisión de continuar con sus convicciones y alejarse de sus anteriores apoyos, o mantener sus apoyos callando esas convicciones, o luchando desde interior de sus colectividades, la dinámica se presta para todo.
La fortuna de la campaña electoral es que permite a las fuerzas reorganizarse, un proceso en el que deben tomar la decisión de abandonar sus rencillas personales o no, y asumir el costo político que puede implicar el apoyar a un candidato que no se creía hace 4 u 8 años acompañarían, pero que al menos concentra ese flujo de propuestas, convicciones y claro está intereses alrededor de un nombre.
El caso más reciente es el de Sofía Gaviria y Viviane Morales, la primera, ha dirigido por años un importante sector de las víctimas de las FARC que rechaza lo acordado e incluye varios reparos a la Justicia Especial de paz, aunque sólo es uno de los sectores de víctimas, ¿Se esperaría que Gaviria hiciera caso omiso a su electorado y siguiera al interior de un partido que defiende lo contrario?
Viviane como Fiscal General dirigió importantes investigaciones hacía aliados del expresidente Uribe, como en el caso de Andrés Felipe Arias, pero fuera de eso, tanto sus críticas al Acuerdo de paz, su visión sobre la familia tradicional, su rechazo a la adopción por parte de viudos, solteros y parejas del mismo sexo, entre muchas otras posiciones al respecto, ¿Sería coherente que ella siguiera tanto en el Liberalismo, como apoyando a un candidato que no piensa consecuentemente con eso?
Podemos estar de acuerdo o no con ellas, pero lo cierto es que viven el actual proceso de reorganización, el uribismo votó casi de forma unánime el intento de Referendo sobre adopción planteado por la exfiscal, como también aplaudió los debates de Gaviria contra el acuerdo de paz.
Otra tarea por entender es el proceso de priorización que hacen, para Viviane quien tenía de lema de campaña presidencial “Llegó la hora de la fe”, no es una prioridad mantener un debate sobre la culpabilidad de Arias, como para Sofía con un electorado de víctimas detractoras del acuerdo, no es más importante quedarse en el Partido Liberal apoyando a un candidato que piensa distinto, solo para poner un par de ejemplos.
¿Alguien duda que Armando Bendetti y Roy Barreras hacen política de forma distinta a la que ha venido desarrollado Germán Vargas Lleras? O podríamos decir que ¿Benedetti y Roy están traicionando la decisión parlamentaria de su partido en esta elección?
Nada de lo dicho anteriormente significa que no puede existir en algunos casos el voto castigo, sea por declaraciones en los medios, o por sus acciones en cargos públicos, esto se debe a que el hecho de que un político se muestre ambiguo y cambiante genera en el elector la idea de que no se puede confiar en él, y entre “generar la idea” a “realmente ser cambiante” existe un mundo de titulares y tendencias de redes sociales de por medio.
Claro que este análisis termina por dejar aún más preguntas: ¿Cuál es entonces el papel de los Partido Políticos? ¿Los partidos conforman sus liderazgos a través de una plataforma programática o de su caudal de votos? Y ¿Por qué no funcionan los mecanismos al interior de los partidos para estabilizar sus contradicciones políticas antes de que uno de sus líderes termine por irse?
Al menos se sigue aclarando que ideales y propuestas representa cada candidato, Viviane y Sofía parecen perfectos complementos para Duque, como Bendetti y Roy para Vargas.