Ante el coronavirus todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros. Cuando apareció el virus se pensó que era un gran nivelador pues todas las personas estaban expuestas al contagio y a la muerte, sin importar nivel de ingreso, raza o clase social. Pronto se hizo evidente que eso era una ilusión y que la pandemia es tremendamente inequitativa pues no solo ataca mucho más a los pobres, sino que agudiza las condiciones de pobreza desigualdad del país.
Primero vino la cuarentena y la orden de quedarse en casa. Es para todos, se dijo. Pero dos realidades mostraron que la supuesta igualdad era una ficción. Primero, no es lo mismo estar confinado en una casa tipo VIS de 50 m2 con dos habitaciones para 6 personas, que en un amplio apartamento de 200 m2 o más con empleada doméstica en su propio cuarto. En los casos extremos, no es lo mismo una habitación de inquilinato donde vive hacinada toda una familia, que una residencia campestre con piscina, jardines y senderos privados para caminar.
Segundo, las condiciones para trabajar o estudiar en casa. El teletrabajo resultó casi un privilegio para los que pudieron mantener sus empleos desde sus casas, mientras que la mayoría o no tenían el espacio y los instrumentos para hacerlo o, los trabajadores, tuvieron que seguir laborando en las fábricas o el campo. Ni que hablar del ejército de informales que sin poder salir a la calle se quedaron sin ingresos y con hambre. Con los colegios cerrados, tener computador o tableta y conexión a internet, marcó toda la diferencia,
Estas desigualdades no las creo la pandemia. Existían desde antes y el Covid lo único que hizo fue exponerlas y mostrar sus consecuencias. Pero el virus si ha demostrado que es clasista y racista de manera que ha empeorado la situación y aumentado la desigualdad.
Es clasista porque ataca con mayor frecuencia a los más pobres. Un estudio de la Universidad de los Andes sobre el contagio por estratos en Bogotá encontró que en el estrato 1 hubo 93 contagios y 3,1 muertes por cada 10.000 hogares; en el estrato 2 56,4 contagios y 2 muertes, y en el estrato 6 solo 8 contagios y 0,6 muertes. Más de 10 veces es la diferencia de contagios entre los de arriba y los de abajo.
También es racista, pero no porque el virus sea más benigno con los blancos, sino porque “el abandono estatal en comunidades negras e indígenas los pone en especial riesgo durante la pandemia. los mapas construidos revelan la enorme distancia que tienen a servicios de salud adecuados para casos graves y las cifras desnudan su vulnerabilidad social” , es la conclusión de otro estudio de la misma Universidad
No alcanzó el espacio para analizar el aumento de la pobreza y la desigualdad por la pandemia. Baste decir que el gobierno ha tomado algunas medidas para contenerlo, pero han sido insuficientes. Hay que arriesgarse a gastar más para evitar una catástrofe social.
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ADENDA: Primero fueron los líderes sociales y el país no reaccionó; luego fueron los exguerrilleros y algunos hasta aprobaron la venganza; ahora son niños y muchachos inocentes en masacres que nos devuelven a las peores épocas del conflicto antes del Acuerdo de Paz. ¡Hasta cuando la indiferencia nacional y la indolencia oficial!