El antifaz político

Opinión Por

La máscara o el antifaz suele usarse en los carnavales, fiestas estas originarias de Grecia, pero en nuestra patria se usan con mucha notoriedad en temporadas electorales. Se reparten por doquier, las exhiben con naturalidad los políticos y también lo hacen los electores; unos y otros se esfuerzan por tener las mejores y así se preparan para participar en el jolgorio democrático y el éxito consiste en que la careta no se les caiga y así proteger de la mirada escrutadora de la sociedad sus verdaderos rostros e intenciones.

Todos se ponen de acuerdo y cada uno cumple su función escénica. Los políticos se ponen el antifaz del abrazo cariñoso, reparten besos y sonrisas, cargan niños, aprietan manos, duermen en los barrios populares, estrujan la sensibilidad del elector con elocuentes discursos cargados de promesas, y los electores atrapados por el señuelo también se colocan su antifaz; departen con alegria, consumen licor y viandas, reciben dádivas, participan en rifas, le acarician y encumbran el ego al oferente dándoles trato lisonjero diciéndoles que son los mejores así como ofreciéndoles muchos votos. Tanto uno como otro enaltecen la hipocresía y con ella salen a bailar en la jornada electoral sin que se les atisbe un sonrojo porque llevan máscaras.

Esta escena se repite como un sainete con diferentes actores enmascarados con la particularidad del intercambio de promesas y favores. Votos a cambio de?. Prebendas y dádivas a cambio de?. Es un juego de truhanes donde el vencedor es el que más engañe, el que más finja, el que más disimule, el que más estafe, el que más prometa.

Tanto uno como otro se sienten ganadores; unos presienten el triunfo por los votos ofrecidos lo que luego no se da y los otros salen cargados de costalados de promesas, de ofrecimiento de puestos públicos, de casas gratis, de lotes con servicios y dádivas que tampoco se da cuando sus candidatos triunfan y mucho menos cuando pierden.

Estos son los vicios de la democracia que pareciese que ni los unos ni los otros están interesados en remediar.

Reforma política? Por supuesto!
Lucha contra la corrupción política? Por supuesto!

Pero será el elector primario quien las aborde y las haga realidad?
POR SUPUESTO, NO LAS HACEN LOS IMPLICADOS.

Doctor en Derecho y Ciencias Políticas, fue Alcalde de Bucaramanga en el periodo 1995-1997, Gerente de las Empresas Públicas de Bucaramanga, Secretario de Vivienda y del Interior de la Gobernación de Santander.