El candidato ideal

Opinión Por

Ante la pérdida de credibilidad en los partidos y por ende en los dirigentes políticos, urge que en las próximas elecciones los colombianos elijan bien y a conciencia.

Es importante que le demos castigo en las urnas a aquellos partidos y políticos que han sido protagonistas de escándalos de corrupción, de vinculación con algún cartel, o con grupos de narcotraficantes, o de paramilitares, en fin, que por cualquier circunstancia esté o haya estado relacionado con algún delito, sea cual fuere.

La democracia permite que sea a través del voto como reconstruyamos el país y que podamos elegir bien a nuestros gobernantes. Vender el voto no es la opción. Ya hemos visto que con ello los únicos que se benefician son los políticos corruptos que desangran el Estado e impiden que exista una justicia social y una mejor calidad de vida para todos los colombianos, en particular para aquellos a quienes el Estado ha venido olvidando por décadas y que por ello en nuestra historia hemos tenido grupos guerrilleros, paramilitares, grupos al margen de la ley y toda la atrocidad que la guerra ha venido dejando.

Los populismos de derecha y de izquierda solo conducen a la muerte de la democracia. No podemos dejarnos impresionar por sus fabulosos discursos que no tienen contenido sino que solo mueven corazones, sentimientos y nos ponen el dedo en la llaga. De todos los colombianos depende el cambio que el país requiere y recuperar el Estado de Derecho que hemos perdido así como el fortalecimiento de la justicia y de la institucionalidad en general.

El centro es la opción. Colombia ha sido un país de centro y sus votos son los que han ayudado a algunos políticos de derecha a ganar las elecciones.

Uno de los fundamentos principales de toda democracia es crear verdaderos partidos, y no como los que tenemos en el país en el que los políticos se mueven en todas las direcciones solo para conservar sus curules.

Debemos votar por ideas y estrategias no por personas. Recordemos que las instituciones quedan y las personas mueren en algún momento.

Tenemos en la actualidad la mejor opción de centro que es la coalición de la Esperanza. Es normal que en toda democracia existan diferencias de pensamiento, pues eso es lo que la enriquece.

Si bien todos los candidatos de la coalición antes mencionada tienen sus méritos, considero que los planteamientos de Jorge Enrique Robledo son los que más se ajustan a las necesidades del país y están acordes a los derroteros del actual orden internacional.

Los planteamientos de gobierno de Robledo se basan en nueve grandes temas que son:

  1. Lucha contra la Corrupción y el despilfarro.  Austeridad para equilibrar nuestras finanzas​
    2.- Empleo, lucha contra la pobreza. Seguridad laboral y garantías en temas de pensiones​
    3.- Industria, agro, minería, infraestructura, financiero, turismo, cooperativismo, servicios públicos domiciliarios e impuestos.​
    4.- Educación, ciencia y tecnología, cultura, deporte, salud y ambiente​
    5.- Mujeres, Afros, Indígenas, LGBTI+, Campaña contra la discriminación y el maltrato​
    6.- Electoral y Justicia​
    7.- Transporte y Taxismo​
    8.- Relaciones Internacionales y Colombianos en el exterior​
    9.- Seguridad y narcotráfico

En cada uno de estos temas hay planteamientos novedosos no contemplados por otro candidato y que responden a necesidades urgentes de los colombianos.

Recordemos que el candidato Robledo no tiene rabo de paja y se ha caracterizado por su seriedad, honestidad y sobre todo por su congruencia entre lo que piensa, dice y hace, por algo se ha ganado el título del mejor senador desde que asumió esta posición en el congreso.

No le tengamos miedo al cambio, claro, si el cambio es mejor que lo que tenemos, y sobre todo si esté no es populista.

Robledo se ha dado cuenta de que en el mundo de hoy el centro es la opción y así lo ha venido demostrando el planeta. Esta es la apuesta que Colombia necesita. Los invito a que profundicen en el programa de este candidato y comparen; así evidenciarán que es la mejor opción.

Ex-diplomática. Abogada, con una Maestría en Análisis Económicos y en Problemas Políticos de las Relaciones Internacionales Contemporáneas, y una Maestría en Derecho Comunitario de la Unión Europea. Autora del Libro, Justicia transicional: del laberinto a la esperanza.