El engaño de la ‘superación personal’

Opinión Por

Tomado de El Espectador

Son tres las modalidades mediante las cuales millones de personas son sometidas a engaño colectivo en la sociedad actual: la religión, la política y la ‘filosofía’ de la superación personal.

La más efectiva es la religión, pues hace esclavos felices. Le sigue la política, dañina cuando convierte en idiotas útiles a naciones enteras que actúan en seguimiento de una causa populista o caudillista, y solo hasta el final de un camino accidentado son conscientes de su equivocación. Para la muestra, tres botones: Hitler en Alemania, Mussolini en Italia, Franco en España. Tres visiones ideológicas de extrema derecha que se impusieron a la brava, siempre bajo el influjo de dañinos y perversos liderazgos.

Pero los tiempos cambian… y lo que ahora se impone es una forma de engaño seductor, revestido de una autoridad supuestamente culta o literaria. Hablamos de la filosofía de la superación personal, que tiene a sus ‘consumidores’ encadenados como borregos a la lectura de libros escritos en lenguaje de fácil digestión donde enseñan fórmulas mágicas para alcanzar el éxito y hacerse millonario, fórmulas que paradójicamente hacen multimillonarios es a sus autores y a los editores que acuden ansiosos a publicarlos…

 

Tratado de la obviedad

La filosofía de la superación personal traslada la religión al Marketing, brindando lo mismo: una sensación pasajera de ‘bienestar espiritual’. Mediante la compra de productos con apariencia intelectual te dicen cosas obvias que asumes como verdad revelada, y te ponen a consumir cada vez más del mismo entretenido heno (o sea, paja). Con el paso de los días compruebas que tu situación sigue igual o peor, pero no importa, porque te tienen entretenido, y la distracción consiste en que te convencieron de que solo falta hacerle algunos correctivos a tu “actitud triunfadora” para salir de la olla en que te encuentras.

El más obvio de los filósofos de la superación personal es Paulo Coelho, quien dice obviedades que la gente confunde con genialidades, como “todas las batallas de la vida sirven para enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos”. ¡Por supuesto! O “lo que ahoga a alguien no es caerse al río, sino mantenerse sumergido en él”. Eh Ave María, descubrió que el agua ahoga. ¿O qué tal esta?: “Cuando quieres realmente una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla”. Esto ya no es obviedad, sino mentira: es cierto que para conquistar una meta se requiere voluntad, pero nada te garantiza que solo con férrea voluntad alcanzarás el éxito. Es lo mismo que decir “Dios proveerá”, pues se traduce en que todo se resuelve con tener fe, para el caso de la religión fe en un ser supremo y para el de la superación personal fe en ti mismo.

La filosofía de la superación personal encarna también una ideología de derecha, pues parte de una actitud conformista, la del que cree que vivimos en el mejor de los mundos posibles y en tal medida al sistema no se le debe cambiar nada, solo hacerle ajustes. Dicho individuo se comporta como los ‘integrados’ de los que habló Humberto Eco, en oposición a los ‘apocalípticos’, o sea los que sí quieren cambiar el sistema por uno diferente, porque creen que vivimos en el peor de los mundos posibles. (Ver Los amos del apocalipsis).

Decía Carl Sagan que no puedes convencer a un creyente de nada diferente, porque sus creencias no están basadas en ninguna evidencia sino en una enraizada necesidad de creer. Igual aplica para quienes creyeron con fe ciega en un proyecto político que hoy sucumbe, pero sus seguidores parecen dispuestos a “incendiar el país” antes que admitir que les toquen a su cada día más cuestionado líder, a quien siguen con una devoción ciega, de algún modo emparentada con la religión. Equivocados de buena fe, pero equivocados.

Sea como fuere, no es eso lo que hoy nos ocupa, sino un engaño más universal: el de millones de almas confundidas a las que han hecho creer que quien fracasa en la sociedad del rendimiento individual se hace responsable a sí mismo, es el único culpable de sus errores. Su cerebro no está programado para que contemple la posibilidad de poner en duda a una sociedad que de pronto –ella sí- tiene parte de culpa en su fracaso, debido a una crisis sistémica estructural en la que siempre será inmensamente superior el número de personas que estrellan sus sueños contra el pavimento que el de quienes alcanzan el tan anhelado y sufrido éxito.

Lo preocupante es que han ido incorporando a niños y jóvenes a estos engranajes conformistas de producción de estados de conciencia ilusorios, revestidos de ‘genialidad’, con Internet como su motor de masificación y donde un solo youtuber, el chileno Germán Garmendia colapsó el año pasado la Feria Internacional del Libro de Bogotá con la presentación de su libro Chupa el perro.

¿Y qué es Chupa el perro? Un folletín de autoayuda que contribuye a integrar a los pelados y peladas a un esquema de pensamiento que de ningún modo contempla, como sí lo hacían los jóvenes de antes, cuestionar la sociedad donde nacieron. Son idiotas útiles de una masificación de gustos impuesta desde arriba, donde el tipo de ‘ideas’ que se maneja son como las que expone Garmendia en el libro citado: “para cumplir tus sueños, tienes que madrugar”; o “arriésgate a hacer lo que te gusta, no lo que la sociedad te impone”. ¡Brillante!

Niños, jóvenes y adultos permanecen sumergidos hasta el cuello en el hechizo de una oferta de contenidos que avanza a una velocidad alucinante, cada vez más superficial, cada vez más peligrosa. Les adormecen la conciencia, les atan a una silla virtual cargada de emociones pasajeras, una detrás de otra, a un ritmo endiablado, mientras les hacen creer que basta con tener actitud positiva para que lluevan “bendiciones” y se despeje el camino al éxito, pendejadas de esas.

A mediano plazo ensombrece el panorama un nuevo engaño, hacia la elección presidencial 2018: de la mano con las mismas fuerzas de apariencia religiosa que actuaron unidas por los días del plebiscito, hoy adiestradas para dar un nuevo zarpazo, tratarán de vendernos la oscuridad con cara de luz redentora.

DE REMATE: Nazismo alemán, fascismo italiano, franquismo español, uribismo colombiano, todos cortados por la misma tijera.