Con todo éxito se clausura la 30ª versión de la Feria Internacional del Libro (Filbo) en Bogotá, que vuelve a ser la Atenas de Suramérica, la cual convocó a más de 500 expositores y una muestra de no menos de 150 mil títulos. Dos premios Nobel de Literatura V.S Naipaul (2001) y Maxwel Coetzee (2003), así como el premio Goncourt (2013) Pierre Lemaitre fueron las figuras centrales y Francia el país invitado, país este que al decir del Presidente de la Cámara Colombiana del Libro Enrique González es el “que más traduce obras en el mundo”.
En el marco de la Feria se realizó el IX Encuentro Internacional de periodismo y, cómo no, el tema central de sus deliberaciones fue el fenómeno “viral” de la post-verdad (post-Truth) que ha venido haciendo carrera en la política y en la sociedad, al punto que se convirtió en la palabra del año 2016 para el Diccionario Oxford. Este neologismo describe la impostura de quienes asumen como “verdades” los llamados eufemísticamente “hechos alternativos” que se apartan de la realidad y en consecuencia no tienen empacho al darse la licencia para “no estar de acuerdo con los hechos”, como lo expresó nada menos que el Secretario de prensa de la Casa blanca Sean Spicer. Este endriago y sus estragos merecían la atención prestada por este evento, tanto por su relevancia como por su actualidad.
También fue propicia esta ocasión para celebrar los primeros 50 años de la primera edición de Cien años de soledad (1987), la obra cumbre de nuestro laureado con el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. De ella dijo en su momento Gabo: “nunca me he cansado de decir que Cien años de soledad no es más que un vallenato de 350 páginas”. También se celebraron los 150 años de la primera vez que se publicó La María, obra icónica de la novelística colombiana, al tiempo que se contó con un stand especial para dar a conocer la obra de su autor, el novelista y poeta vallecaucano Jorge Isaac.
Entre las novedades de esta Feria se destaca el anuncio por parte de Amazon, la compañía estadounidense de comercio electrónico, con sede en Seattle, la tienda virtual de libros digitales más grande del mundo, de la “impresión por demanda” de libros de autores colombianos. Esta vez la tecnología se pondrá al servicio de la edición impresa de libros ordenada, desde un ejemplar hasta miles de ellos, ya sea por sus autores, por los editores o por las librerías a través del internet. El libro impreso se resiste a desaparecer y así como el acetato en la música vuelve por sus fueros, con esta decisión de Amazon se le da un renovado impulso.
Otra novedad en esta Feria fue la incursión del reputado escritor Hector Abad Faciolince, el autor de La oculta y de El olvido que seremos, como Editor, con la Editorial Angosta. El ya había sido, además de brillante escritor, bibliotecario, corrector de estilo, librero y, como dice él “Editor de editoriales ajenas”, ahora hace esta apuesta literaria que lo habrá de consagrar como literato integral.
En esta ocasión, como en las anteriores se dio cita toda una pléyade de escritores colombianos entre los cuales descollan Daniel Samper Pizano, Roberto Burgos, Conrado Zuluaga, Yolanda Reyes, William Ospina, Juan Esteban Constaín, Ricardo Silva, Diana Uribe, Federico Díaz-granados, Celso Román, Mario Mendoza y Fernando Vallejo, entre otros. Estos dos últimos aprovecharon la ocasión para lanzar su más reciente producción literaria, el primero El libro de las revelaciones y el segundo Las bolas de Cavendish, cuya edición se agotaba al cierre de la Feria.
En la Feria del año anterior los Youtuber fueron la novedad, uno de ellos, el chileno Germán Garmedio, con más de 27 millones de suscriptores, fue la sensación. La presentación de su obra opacó hasta la presentación de Holanda como país invitado y la conmemoración de los 400 años de la muerte de William Shakespeare. Los organizadores de la Feria se vieron a gatas para contener la turba de jóvenes que se arremolinaron para tener de cerca al autor de la obra cuyo título habla por sí solo, Chupa el perro. Su video promocional tuvo 6 millones de visitas. Afortunadamente ello fue flor de un día, que, como toda moda pasó de moda; este año tuvimos una Feria que no se vio deslucida por este tipo de fenómenos que fueron magistralmente expuestos en la obra de Mario Vargas Llosa La civilización del espectáculo.
El mayor éxito de la Feria debe ser lograr que los colombianos leamos más, dado que 1.9 libros en promedio por habitante al año es demasiado bajo cuando se compara con otros países de la región. Chile y Argentina, por ejemplo, encabezan la lista de cantidad de libros leídos al año por habitante y nos llevan muchos codos con 5.4 y 4.6, respectivamente, para no hablar de España en donde ese índice es de 10.2. Tenemos que convencernos del aserto de Norberto Vallejo, quien conduce el programa Club de lectores de CARACOL, cuando dice que “quien lee un libro no vuelve a ser el mismo” y el del gran escritor José Ortega y Gasset cuando atinó al decir que “quien lee vive dos veces”. El día que en Colombia se trine menos y se lea más tendremos un país distinto!