El expresidente Álvaro Uribe Vélez sorprendió con un breve video publicado en sus redes sociales, donde anunciaba su posición frente a los derechos de aquellos que denominó “NO heterosexuales”, en su ya clásico romanticismo con el NO: a la paz, a una Reforma Agraria integral, a una justicia diseñada para que no tenga intocables, y así podría seguir todo el día. Claro que cabe decir que luego de hacerlo, intentó hacer claridad diciendo que así se “autodenomina” el grupo de personas de las cuales recibió la carta a la que hace referencia en el video.
Pero vamos viendo esto por partes, primero, el senador Uribe en el video claramente se refiere a “NO heterosexuales” no sólo a un grupo personas de una carta, sino a todos aquellos a los que envía un mensaje con su texto, es decir, está denominando a todas las personas dentro de ese “concepto”. La negación sobre la descripción de una minoría evidentemente invisibiliza a la misma, lo más grave del caso, es que no sólo el expresidente está de acuerdo con ello, sino también las personas de la comunidad LGTBI que firmaron la carta.
Segundo, veamos el contenido de lo que dijo, pues expresa lo que parece ser un intento de equilibrio sobre lo que es su partido político y su posición frente a esta comunidad, los constantes intentos conservadores que en los últimos años han rechazado todo avance en la defensa de esos derechos, y una campaña política que quiere convencer a “NO heterosexuales” a votar por ella.
Uribe comienza diciendo que expresa “todo respeto a la intimidad”, y claro, de puertas para adentro toda persona LGTBI puede hacer lo que quiera, pero de puertas para afuera sólo puede ser un “NO heterosexual”. Una pareja “SI Heterosexual” muy bien puede besarse en el transporte público, en las calles de cualquier barrio o municipio del país, tomarse de la mano, o tener expresiones cariñosas, si un “NO Heterosexual” lo hiciera fuera de su intimidad en especial fuera de Bogotá o Medellín ¿Qué tipo de respuesta tendría en la mayoría de esos lugares?
Luego rechaza las amenazas contra cualquier colombiano, e incluye a los “NO Heterosexuales”, claro que es el Estado el que debe proteger a una minoría discriminada, pero además de hacer un rechazo en un video, el Congreso del cual hace parte con una importante bancada, podría comenzar por tramitar los proyectos que visibilicen a la parte más sensible de la comunidad LGTBI, como en el caso de la población transexual que según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tiene una expectativa de vida en Latinoamérica de solo 35 años. Aunque la respuesta del Centro Democrático nunca ha sido la de radicar ese tipo de proyectos de ley, ni mucho menos apoyarlos.
El senador sigue refiriéndose al matrimonio igualitario, la adopción y el aborto, y afirma que: “deben respetar la ley, la jurisprudencia, el diálogo de libertades, religión y de credo y el necesario respeto a la objeción de consciencia”. A la Ley sí, esas leyes de matrimonio igualitario que el Congreso nunca aprobó en su Gobierno cuando él tenía mayorías, la adopción que él intentó de la mano de Viviane Morales (hoy miembro de la campaña de Duque) retirar a toda pareja del mismo sexo, y de paso a los solteros y viudos, a través de un referendo, que él y el Centro Democrático votaron en bloque en el Senado.
El propio Uribe rechazó antes la jurisprudencia que dio vía libre al matrimonio igualitario, cuando en 2016 rechazó la decisión de la corte pues como él mismo dijo: “en nombre de las leyes naturales, que no necesariamente son un dogma religioso, se debe respetar que el mantenimiento de la especie humana…deriva de la familia”, y es que, en su concepto, es una “institución de valores” y el matrimonio entre “NO Heterosexuales” pone en peligro a la especie.
Curiosamente hace referencia a la objeción de consciencia, la misma que han usado anteriormente jueces y notarios para negar ese derecho a personas del mismo sexo, cuando toda autoridad pública tiene como primer deber cumplir con el ordenamiento jurídico y la objeción de conciencia no se puede usar para restringir derechos a nadie.
Quizás lo rescatable sea decir que sí fue el Gobierno del expresidente Uribe el que expidió el decreto 762 de 2008, aunque la expedición de la Política Pública a la que hace referencia se diera en el Gobierno Santos.
Finalmente, el llamado del expresidente sería creíble si no tuviera que reforzar su lenguaje para hacer esta inmensa acrobacia que intenta complacer a dos sectores diametralmente opuestos sobre la visión de nuestros derechos. Por un lado, de nada sirve sólo decir que se va a respetar lo ya dicho por la Corte, si esto no se traduce en políticas públicas que realmente hagan realidad un país donde las familias no se cierren a un único concepto de defensa cristiana que las enmarca en hombres y mujeres. De la misma forma que no se puede pedir a un gobernante que actúe de forma transparente cuando nunca ha hecho política de esa forma, tampoco se le puede pedir a un grupo político que defienda los derechos con los que nunca ha estado de acuerdo. ¿Qué pensará Alejandro Ordóñez, Viviane Morales, y todos los demás sectores cristianos adheridos desde primera vuelta a la campaña Duque? Quizás que es hora de olvidarse del país diverso, y concentrarnos en el país de los “NO heterosexuales”.