De las elecciones del 13 de marzo podemos concluir tres grandes hechos: 1. Nunca sectores alternativos habían logrado estos resultados al Congreso (más de 40 curules), 2. Nunca el candidato de una consulta presidencial de izquierda había sido el más votado, y 3. Lo más importante, aunque participaron 18.034.781 de colombianos, esto solo representa el 46,45% del total de ciudadanos habilitados para votar, y si bien el número supera el de 2018 que llegó a 17.794.321, ese año participó el 48,76% de ciudadanos habilitados, esto ocurre porque el número total de habilitados tiende a subir con la población cada elección.
La abstención se sitúa en el 53,54%, es decir, casi 21 millones de colombianos decidieron no participar. Una tendencia que nada ha cambiado en las últimas elecciones y ninguno de los hechos anteriores parece alterarla.
Claro, ganó el Pacto Histórico, tanto en las consultas, como en el congreso, pero sumadas no es la victoria que describían sus líderes días atrás, ni tienen mayoría absoluta en el Congreso, ni Petro tiene una ventaja asegurada para ganar en primera vuelta, más si tenemos en cuenta que su resultado individual es parecido al de Iván Duque en su consulta hace 4 años, y la sumatoria de todos los votos de la consulta del Pacto Histórico es similar a la sumatoria de la consulta de Duque en 2018.
Es evidente igual, que estos datos no se pueden comparar de frente, pero sí marcan una tendencia clara de favoritismo para Petro, como al mismo tiempo un camino no tan claro de tener mayorías en el Congreso sin lograr antes alguna alianza, obligando al candidato a ampliar su espectro al centro para buscar apoyos o incluso a través de alianzas con sectores que poco o nada les interesan los debates ideológicos.
Imposible avanzar sin mencionar la victoria de Francia Márquez, que logró una mayor votación que Sergio Fajardo, Alex Char, o David Barguil, siendo nueva en el escenario electoral, afro, de izquierda y defensora del medio ambiente, todo lo que la clase política colombiana más ha menospreciado en las últimas décadas.
Por la derecha, Fico Gutiérrez venció a sus compañeros del Equipo por Colombia, con más de 2 millones de votos, y con su postura carismática, el apoyo de buena parte del empresariado, del uribismo (que no dudó en menos de 24 horas bajar del bus a Óscar Iván Zuluaga), y además, el apoyo de los partidos que participaron en su consulta, lo muestran como el más sólido competidor frente al Pacto.
Fico no necesitaba su propia lista al congreso, con el apoyo del Partido Conservador, Mira, La U y ahora el Centro Democrático, ya tiene 44 congresistas con un posible gobierno a su cargo, eso, sin sumar los congresistas del charismo elegidos en Cambio Radical.
Su apuesta es atajar a Petro, minimizar a Fajardo y Rodolfo Hernández, y presentarse como la nueva cara de una derecha que busca, otra vez, transformarse ante el fin de la era de figuras como Álvaro Uribe.
Y finalmente, el desastre, la Coalición Centro Esperanza pagó sus constantes problemas internos, la salida de Ingrid Betancourt, la breve pero incómoda pelea entre Galán y Amaya, y la profunda división que terminó generando Gaviria, la llevaron al fondo de la votación en las consultas.
Todos a su manera pagaron la falta de cohesión y mensaje claro de lo que realmente querían transmitir con una coalición de centro. Fajardo ganó, pero no convenció con su lánguida votación, Galán quedó segundo, pero no pudo transmitir sus poco más de 400mil votos a sus listas en el Nuevo Liberalismo, y sólo lograron elegir a un representante. Amaya tuvo más votación de la esperada, pero está en el fondo de una honda derrota para todo el equipo de candidatos. Y Robledo termina dignamente una campaña a su manera, limpia, con argumentos, sentando una clara posición económica, y perdiendo en protagonismo, estructuras de base más amplias, y estructura política sólida, de ahí que el senador solo arrastrara 161mil votos.
Fajardo no tendría un camino tan claro como sus competidores en cuestión de respaldos en el Congreso para sacar adelante los proyectos, en caso de ser presidente. La lista de la Centro Esperanza logró 14 curules en el senado, tiene dos representantes a la cámara aseguradas entre el Nuevo Liberalismo y la lista de la coalición en Bogotá, y no es claro todavía cuántos de los 11 representantes verdes lo apoyarían. El resto del Congreso sería un campo incierto para tramitar las leyes que busca el ahora candidato del centro.
La gran verdad, es que todos tendrán una nueva oportunidad en mayo, si todos aprenden las lecciones que dejó esta jornada, tendremos un escenario cada vez más incierto, algo positivo para toda democracia.