El Plan Nacional de Desarrollo para los próximos cuatro años, denominado “Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad”, trae preocupantes decisiones, preocupantes regulaciones. Trae muchas reformas al tema de transporte, al tema de salud, al tema de servicios públicos, al tema de educación y por supuesto se abroga facultades al Gobierno Nacional para eliminar entidades, fusionarlas, crear otras y cambiar la funcionalidad y los objetivos misionales de las entidades en Colombia.
¡Esto es exagerado! y no hay unidad de materia. Por ahora, manifestamos nuestra preocupación muy grave que contiene en el artículo 179 del Plan Nacional de Desarrollo, que elimina de un solo tajo los subsidios para el estrato 3 en materia de energía en Colombia y rebaja en diez puntos los mismos subsidios para el estrato 1 y 2, es decir, esto lo que refleja es un duro golpe para las familias más pobres del país.
Hoy el 83% de la población colombiana se beneficia de estos subsidios, eliminarlos generaría un incremento mensual equivalente al 18% en las tarifas de energía, que representaría un costo adicional de $12.500 para el bolsillo de las familias de estrato 3.
Como si esto fuera poco, en la página 601 de las bases del Plan Nacional de Desarrollo, establece la revisión de los subsidios de combustibles de frontera, combustibles líquidos como gasolina y ACPM para los siete u ocho departamentos limítrofes con Venezuela, Ecuador y otros países. Pero también, de manera grave revisa la compensación del transporte para estos departamentos fronterizos desde los terminales de los oleoductos, esto desde luego, va a encarecer los combustibles en las fronteras de nuestro país.
También de manera grave va a conculcar los subsidios del gas propano o GLP, para los departamentos del Macizo Colombiano, está medida va a afectar a los usuarios de estrato 1 y 2 al revisar y eliminar este subsidio al gas de los cilindros, que tiene por objeto paliar un poco la raquítica economía familiar de la gente más vulnerable y por supuesto para mejorar las condiciones económicas de más de 220 mil familias de nuestro sur del país de los departamentos de Nariño, Cauca, Putumayo y Caquetá, pero también tiene como objeto el componente ambiental que es el de eliminar la tala de bosques para sustituir la leña y el carbón por el gas propano, por un combustible amigable con la naturaleza, por lo tanto, nosotros estamos diciéndole al Gobierno que NO vamos a apoyar el Plan Nacional de Desarrollo por estás y otras razones que son muy importantes, muy fundadas para defender las causas sociales de los colombianos.
No puede ser que para las empresas o para los ricos en Colombia haya diez billones de pesos de exenciones o de beneficios tributarios en la pasada Ley de Financiamiento y empiecen a recortarle a los subsidios para recuperar esos dineros que por cuenta de las exenciones a los empresarios está ofreciendo el Gobierno Nacional.
Desde el Congreso de la República, no vamos a permitir que a los colombianos más vulnerables y a la ya estropeada clase media nacional se les sigan asfixiando con exabruptos de esta naturaleza.
Por eso, necesitamos adelantar una cruzada interpartidista y desde ya invito a las bancadas independientes, especialmente al Partido Liberal, a Cambio Radical, ciertas corrientes fuertes del Partido de la U y partidos de oposición como el POLO, la Alianza Verde, la Fuerza Alternativa del Común, MAIS, para cerrar filas en torno a estos anuncios que maltratan la economía de la gran mayoría de familias colombianas.
Particularmente creó que el trámite de éste proyecto va a ser complejo, el ambiente político es hostil y en estos artículos polémicos del documento auguró que no va a tener suerte, a no ser que el Gobierno Nacional aplique enamoramientos a través del presupuesto nacional a la gente que apoye este Plan Nacional de Desarrollo.
Lo más justo con las familias colombianas de estrato 1,2 y 3 es que desde el legislativo le digamos NO a esta nueva cascada de afectaciones y de cargas económicas que cada vez más empobrecen a las familias más vulnerables de nuestro país.
Sí el Gobierno Nacional quiere subsanar el hueco fiscal que no logró suplir en la reciente reforma tributaria, mal llamada Ley de Financiamiento, entonces que comience atacando la corrupción de todo nivel que hoy existe en muchas instituciones y que es el cáncer que cada día carcome a la institucionalidad nacional, pero que no ataque de esta manera a los colombianos más débiles.