Los debates presidenciales en especial los televisados, son muy importantes por su alcance, expectativa y forma de medir a los candidatos. De cada debate se logra obtener diferentes ideas, no solo sobre las propuestas, sino sobre su personalidad, su presentación y su forma de manejar la presión, expresiones que humanizan al candidato que antes solo se veía en entrevistas o notas periodísticas.
En Colombia acaban de pasar los primeros debates presidenciales por televisión (pues estos candidatos ya habían chocado antes en otros escenarios), y cada debate fue completamente distinto, el de Teleantioquia fue neutro, más elegante, y centrado en las ideas, mientras el de Telecaribe fue muy de su región, vivo, con ataques claros entre candidatos, con ideas también, pero con mucha energía.
Demostrado está que aquellos que ven los debates, recuerdan más los modos, los ataques y el desenvolvimiento de los candidatos, que el contenido de sus palabras, pero entonces, ¿Cómo les fue en los últimos debates?
1. Los extremos saben que necesitan verse de centro
La gran apuesta del uribismo con Iván Duque era elegir al candidato que más los acercara a un amplio electorado de centro y en los debates se nota el esfuerzo. Duque se presenta centrado, y se autodenomina defensor de un país no polarizado; por su parte Petro sigue jugando a lo mismo, con un tono calmado que lo muestre más como alguien lleno de argumentos que lleno de ataques; mientras Vargas Lleras intenta mostrarse más alejado de la derecha, cambiando sus palabras clave en temas como la paz, contenido social y la misma Venezuela.
2. Los candidatos destaparon sus cartas para primera vuelta
Lo que muchos teníamos pensado antes de estos candidatos en debates, ellos lo han venido trabajando, para aprovecharlo, o modificando:
Humberto De La Calle ya no es el neutro: dejó su tono siempre mesurado y neutral, su rol de negociador lo convirtió en su faceta de presidenciable, con un discurso enérgico, con ataques elaborados, y aprovechando su mayor capital: su experiencia.
Germán Vargas Lleras ya no es el enemigo de la paz: por fin se mostró como el candidato oficialista, bajó su tono contra el Acuerdo de paz, y de paso destacó los logros de este Gobierno a nombre suyo como ya lo ha hecho en el pasado, una combinación más santista, pero acorde con los últimos apoyos parlamentarios que ha venido recibiendo.
Iván Duque no se deja torear: demostró en ambos debates que no cede a las provocaciones, y sus respuestas antes que defensivas pasan por inteligentes, una lección aprendida de la campaña Zuluaga que en los últimos debates se dejó provocar por el presidente Santos.
Sergio Fajardo no es el pésimo orador que se creía: del tibio Fajardo de Teleantioquia, se pasó al energético de Telecaribe, pero además Fajardo demuestra que no es el mal orador que todos temían y que sabe aprovechar momentos específicos de los debates para resaltar, la gran pregunta será si logrará destacarse entre una baraja tan amplia de competidores en los debates que restan.
Gustavo Petro se aprovecha de su oratoria: como excongresista Petro ha sabido aprovechar su capacidad para conectar con las personas, en especial para siempre marcar distancia de sus competidores mostrando sus propuestas como las más “innovadoras”, o como los cambios que siempre debieron hacerse, una astucia que ha sabido aprovechar.
3. Quedan claras las diferencias de fondo
Si algo aportan estos debates son las grandes diferencias entre estos candidatos o incluso sus similitudes en otros temas, sus visiones de país son sumamente distintas en varios tópicos, como también su forma de observar las principales prioridades para gobernar el país los próximos cuatro años.
Recomendaría tomar una lista, de cada tema y poner al frente la postura de cada candidato, ver como su exposición de propuestas es más o menos gaseosa, o incluso observar si realmente responden o no a las preguntas que les hacen.
Será curioso ver que tanto comparten las ideas económicas de Duque y Vargas, o las ideas anticorrupción de Petro y De La Calle, o la visión sobre educación de Fajardo con las demás.
¿Qué tanto aprovecharán los candidatos esta herramienta rumbo a la primera vuelta? Queda todavía todo por observar.