Daniel Goleman es la máxima autoridad de la inteligencia emocional. Sus libros transformaron el mundo de los negocios al explicar que las personas deben tener un adecuado manejo de las emociones para dirigir mejor sus equipos. Este concepto es transversal y es válido para toda actividad humana.
Goleman vuelve a impactar el mundo empresarial con su nuevo libro: Focus, que brinda herramientas a los líderes para automanejarse y ordenar sus equipos mentalmente con procesos productivos, “enfocados” en la obtención de resultados previamente definidos.
Este libro será de lectura obligada en las organizaciones de este siglo XXI para tener un liderazgo más sabio y con rendimientos más altos.
La clave es la inteligencia emocional. El 99 % de la gente falla precisamente en esta materia, pierden tiempo, energía y esfuerzos en asuntos relacionados con sus problemas, sentimientos, emociones, depresiones, frustraciones, decepciones y euforias, y no se concentran en los resultados.
Si un equipo quiere orientarse a mejorar su desempeño no solo deberá tener inteligencia como factor de conocimiento, sino fortalecer su inteligencia emocional.
El cerebro humano se ha desarrollado durante millones de años y tiene en su corteza central la glándula más antigua: la amigdala, que toma las decisiones instintivas y rápidas como reacción natural. Es la parte más primitiva y salvaje de nuestro órgano vital.
El cerebro fue evolucionando, creciendo, creando nuevas áreas con las habilidades que fueron necesarias para la subsistencia de la especie humana. Por eso, las facultades escenciales de pensar y razonar están ubicadas en esas zonas como la corteza prefontal.
Hay que aprender a controlar conscientemente cada parte del cerebro. Es necesario ordenar, acostumbrar y educarlo para procesos de toma de decisiones con patrones más eficaces y, así, los grupos se volverán emocionalmente más inteligentes.
Debemos fortalecer el músculo de la concentración y atención a través de ejercicios de tranquilidad espiritual, con momentos de meditación y respiración profunda y consciente que permita poner en orden la mente. Hay que controlar y manejar las emociones y orientarlas a la obtención de resultados.
Un proceso de toma de decisiones que se hace con tranquilidad, con tiempo para pensar, de manera ordenada y profundizando en cada uno de los aspectos de un tema, hace que el cerebro dé respuestas más acertadas.
Manejar las emociones es crucial. Las habilidades emocionales las requiere el líder para transformar la sociedad, su entorno, sortear crisis o sacar el mejor provecho de una etapa de la historia.
El líder tiene que escoger un excelente equipo con un correcto balance entre gente experimentada y joven. Debe tener la capacidad de escuchar, articular y ayudarles en sus vidas. Tiene que propiciar el debate y la creatividad con un plan de aprendizaje permanente.
El líder tiene que pensar a largo plazo, con la correcta visión de proteger la humanidad desde lo ecológico y demanda de energía, comida y agua.
El líder tiene que estar atento a impulsar los procesos de cambio necesarios para la modernizar su equipo y sus sistemas de trabajo a la velocidad de los cambios tecnológicos.
El líder debe tener una clara perspectiva de hacia dónde va el mundo con sus nuevas exigencias y motivar a su equipo a llegar a los más altos estándares de resultados en beneficio de la humanidad. Según Goleman, tiene que enfocarse: FOCUS.