Acompañé recientemente en Florencia a nuestro candidato presidencial Humberto De La Calle Lombana, fue un momento donde el fervor liberal se sintió en todo su esplendor.
Liberales procedentes de los 16 municipios del Caquetá, organizaciones de la sociedad civil, víctimas, afros, campesinos, mujeres cabeza de familia, indígenas, ambientalistas, animalistas, todos se congregaron para saludar y manifestar su apoyo al ex jefe negociador de Paz del Gobierno Santos.
De La Calle, un hombre tranquilo, conciliador, pero centrado en su discurso, conocedor a fondo del país, logró llevar su mensaje a la multitud presente. Un mensaje de esperanza y reconciliación, donde se avizora un futuro con grandes posibilidades para un país que dejó atrás el lastre de la guerra.
Y el Caquetá desafortunadamente sí que sabe de guerra y conflicto armado, su suelo fértil ha sido testigo de las más tristes historias de violencia que llenaron de luto al país entero. Por fortuna, esa triste página los caqueteños la están superando y hoy en el Caquetá están pasando cosas buenas.
Hoy éste importante departamento de nuestro sur del país vive otras épocas, ya la inversión ha llegado, la gente se puede desplazar en horarios nocturnos a sus municipios sin el temor de caer en un retén de grupos armados ilegales o ser secuestrados, los turistas nacionales y extranjeros están llegando masivamente a visitar las maravillas naturales de la región, aerolíneas como SATENA retornó con sus operaciones a San Vicente del Caguán, y la gente hoy por lo menos vive más tranquila y es optimista en su futuro. Además en solo 2 años se multiplicó el hato ganadero en 300 mil cabezas en todo el departamento del Caquetá, ratificando a esta región como una de las principales cuencas lecheras y de producción de queso del país.
Todo esto se logró gracias al proceso de Paz con las FARC, guerrilla que fue neutralizada a través del diálogo y que sin lugar a dudas hizo mucho daño a lo largo y ancho de la geografía nacional, quizá Caquetá fue uno de los departamentos más azotados por esta organización subversiva.
De La Calle, como buen hombre de provincia escucho atento a quienes lo interrogaron, respondió con creces las inquietudes de la gente y al final hubo ovación del público asistente.
La gente de la provincia donde con más intensidad se vivió el conflicto armado, reconoce que la Paz con las FARC ha traído enormes bondades, sus hijos adolescentes ya no serán reclutados, los cuarteles de la Policía ya no serán dinamitados, tampoco la infraestructura vial y energética, los comerciantes y empresarios no serán extorsionados con la famosa vacuna, en fin, son múltiples las ventajas de tener un país en Paz.
Ya nadie en Colombia quiere volver a vivir esos tiempos de guerra y violencia, por eso con los hechos de barbarie sucedidos recientemente en Barranquilla y Soledad, Atlántico, también en la población ecuatoriana de San Lorenzo, fronteriza con Colombia, el país recordó episodios nefastos de épocas anteriores que no quiere volver a revivir.
Es necesario entonces que todos abracemos la Paz, el proceso con las FARC no fue perfecto, pero más vale una Paz imperfecta que una guerra que siga llenando de víctimas y de luto a humildes familias colombianas.
Uno de los arquitectos de ese proceso fue Humberto De La Calle quien estuvo al frente de las negociaciones durante más de cinco años, un hombre calmado, sereno que logró amansar a esa fiera indomable que muchos quisieron domar a lo largo de los años de existencia de las FARC.
Así que nuestro reconocimiento y apoyo a unos de los grandes mentores de la Paz, a un hombre que conoce a fondo el país, a la Colombia marginal y excluida y por la que seguiremos trabajando para darle equidad, progreso y desarrollo, donde la pobreza extrema e incluso la miseria en que están sumidos muchos de nuestros compatriotas, sobre todo quienes habitan nuestro Litoral Pacífico, Amazonía, Orinoquía y Macizo Colombiano tengan un mejor porvenir.
Los invito con el más absoluto respeto a que consideren la candidatura de Humberto De La Calle, que voten a conciencia si quieren que en el país se consolide la Paz o si quieren apoyar a extremistas que le apuestan a que en Colombia continúe la guerra.