El 22 de agosto, en una rueda de prensa emitida desde Jerusalén, John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos se refirió a las fuertes sanciones, no solo económicas, que Estados Unidos quiere ejercer sobre Irán. Reiterando que no se quiere un cambio de régimen sino un cambio de conducta de régimen. Por lo cual Estados Unidos quiere ejercer la máxima presión posible generando alerta en la comunidad internacional.
Paulatinamente el conflicto de medio oriente sigue siendo el foco de atención de las principales esferas económicas y políticas del mundo. Todo hecho implica consecuencias directamente proporcionales a la magnitud causal e histórica de la zona; y cada conflicto, entre dos o más estados, es consolidado por múltiples apoyos e intereses de diferente índole. Sin embargo, en las últimas décadas se ha intentado, por vías diplomáticas y legales, llegar a acuerdos que en su gran mayoría no se han terminado de resolver o no han tenido el impacto esperado debido a la alteración sustancial de decisiones y medidas gubernamentales de algunos estados que intervienen en el conflicto o en su solución.
Es el caso del acuerdo de Irán sobre su programa nuclear. Se trata del Plan de Acción Integral conjunto concertado el 14 de julio de 2015 por China, Reino Unido, Alemania, Rusia, Francia Estados Unidos e Irán. El cual se encuentra bajo supervisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por medio de la resolución 2231 de 2015, y cuya obligatoriedad de cumplimiento se fundamenta en el artículo 25 de la Carta de las Naciones Unidas. Igualmente está bajo la verificación y vigilancia del Organismo Internacional de Energía Atómica, así como bajo la examinación y orientación de la Comisión conjunta en el mecanismo para las adquisiciones.
El acuerdo ha sido creado con el fin de controlar y verificar que Irán no fabrique armas nucleares, por la inminente amenaza que esto implica para el mundo. La comunidad internacional ha manifestado su nivel de desconfianza materializado en el esfuerzo por garantizar el cumplimiento del acuerdo de 2015, el cual permite: por una parte, garantizar apoyo limitado al programa nuclear de Irán, utilizando pequeñas cantidades de uranio en comparación a lo que se necesita para crear una bomba atómica; por otra parte, vigilar el cumplimiento del acuerdo por medio del acceso de inspectores internacionales. Así, el mundo ha eliminado algunas sanciones y restricciones económicas permitiendo de nuevo el fortalecimiento de la economía de Irán.
Esta medida fue tomada como iniciativa del gobierno de Obama quien invitó a Irán a buscar una salida diplomática. Estados unidos quería que Irán retomara su lugar en la comunidad internacional pero esto implicaba medidas fuertes, como las sanciones que se ejercieron hacia el sistema bancario, las exportaciones de petróleo y el comercio en general. Pero con la llegada de Trump al poder, se retiran del acuerdo de 2015 y se aseveran las sanciones contra Irán con el argumento de considerar que la razón de uso del programa nuclear es bélico y no solo energético. Mientras que el gobierno de Irán afirma que el programa nuclear no es un instrumento disuasivo ni contemplan la posibilidad de atacar con bombas atómicas.
La dinámica del conflicto entre los estados implicados genera consecuencias y mensajes de alerta con respecto a la desnuclearización. Tanto las partes directamente o indirectamente implicadas en el conflicto deberían ser conscientes de la importancia de respetar la norma internacional, promoviendo escenarios de paz y manteniendo la lucha contra la proliferación de armas. Con el fin de ser garantes del cumplimiento de los acuerdos y lograr la estabilidad de oriente medio.
