Teniendo en cuenta lo dicho en el artículo “Fortalecer la clase media, una tarea en marcha”, publicado en la revista Portafolio el 26 de septiembre de 2018, en la que se menciona: “Según cifras del Departamento Nacional de Planeación, alrededor de 18,4 millones de colombianos se ubican en la franja de clase media emergente y 14,2 millones en la clase media consolidada, con ingresos que oscilan entre 345.000 y 1’000.000 de pesos mensuales, rango dentro del cual se ubica casi el 69,8% de la población colombiana.”, significa que el porcentaje es alto, y que es la clase media la que sostiene la economía del país, pero es a la vez, a la que más se sacrifica.
Es importante que el rango en el que aparece la clase media emergente según lo enunciado anteriormente, se pueda mantener para que no regrese al renglón de pobreza en el que se encontraba anteriormente.
En el mencionado artículo dice a su vez: “Es de conocimiento público que el presupuesto nacional destina varios billones anuales por vía de subsidios cruzados a población vulnerable, pero ¿qué monto destina el Gobierno para consolidar a la clase media que tanto dinamiza la economía del país?
De manera categórica la única fuente de recursos dirigida a fortalecer a la clase media son los recursos privados que provienen de los aportes del 4% que realizan los empresarios del país, quienes representan precisamente el sector productivo que se ve beneficiado por el surgimiento de una sociedad que mejora su calidad de vida; un circulo virtuoso de bienestar económico y social. De ahí la importancia de trabajar por un país con menos pobres y más clase media, porque esta es a la postre la que dinamiza la economía, propósito en el cual las Cajas son fundamentales”.
Lo lamentable de esta situación es que no es mucho lo que hace el Gobierno nacional por la clase media, pues en un país en donde se subsidia a los pobres y a los ricos se les exonera de múltiples impuestos, siendo la clase media a la que se le impone una importante carga fiscal, es difícil que esta pueda consolidarse, sostenerse, o pasar al reglón de una clase social más alta.
El problema radica en que en lugar de dar subsidios a los más vulnerables, se generarán más posibilidades de empleos, mejor calidad de educación y que esta llegara a los reglones menos beneficiados, calidad de vida para todos y mejor eficacia en la prestación de servicios públicos con una cobertura global y total en todos los rincones de la geografía colombiana, y no en subsidiar, pues es una manera de hacer mendigos mentales a las personas.
Que las exenciones que se le da a los ricos, tengan sentido, y en verdad, se vieran los beneficios de ello, reflejados en más labor social, creación de empleos a todo nivel, aportes en medio ambiente, cultura, educación, etc., con el debido control que se requiere.
Lo que resulta absurdo, es la medida con la que el Gobierno considera que una persona pertenece o no, a la clase media. Pues según la actual apreciación, si persona gana dos salarios mínimo, ya pertenece a la clase media, cuando todos sabemos que esta cantidad de dinero es insuficiente para tener una calidad de vida digna y poder adquirir algunas condiciones mejores en salud, vivienda, educación y otros servicios.
Esto resulta tan risible, irresponsable, e ilógico como el comentario del Ministro de Hacienda, cuando dice que el salario mínimo en Colombia es muy alto y que habría que bajarlo.
La famosa ley de financiamiento dejó mucho que pensar, pues tiene muchos aspectos negativos, como el impuesto al patrimonio para personas naturales, ya que los más ricos no necesariamente declaran toda la verdad en sus declaraciones de renta, con lo cual se castigó a los contribuyentes honestos y cumplidos, que les genera a ellos una carga más sobre su ahorro.
En tal sentido, otro lunar, fue el que no se logró ampliar la cobertura del déficit fiscal entre todos los contribuyentes teniendo en cuenta su capacidad contributiva, por lo tanto se sigue con ello castigando a los contribuyentes disciplinados.
Resulta ridículo e injusto que la sobrecarga que se realiza a sector de contribuyentes, sobrepase los limites, al combinar altas tasas al ingreso con sobrecargas al patrimonio. Con ello lo que están haciendo es empobreciéndolos.
Así mismo, es importante resaltar la evasión tributaria que se da en los niveles altos de la sociedad. De igual forma y tomando las palabras de Juan Guillermo Ruiz H, en su artículo publicado por la revista Semana, titulado: “Lo bueno y lo malo de la Ley de Financiamiento” el día 12 de agosto de 2018, que dice: “Adicionalmente, dentro de los contribuyentes cumplidos también existe un notable desbalance entre la contribución de empresas y la de personas naturales que no termina de solucionarse con esta ley de financiamiento”, observamos que la inequidad en el país es el pan de cada día, y que no existe una política pública seria de beneficiar a la clase media.
Existieron artículos sobre el particular, y ejemplo de ello, el de la revista Semana titulado “¿Por qué la clase media será la más afectada con la Ley de Financiamiento?” De fecha 11 de abril de 2018, en la que se decía que: “El IVA, las nuevas tarifas tributarias y las pensiones, entre los temas que afectarán especialmente a la clase media con la nueva ley, conocida anteriormente como reforma tributaria”.
Esto es como la zanahoria y el garrote, por un lado suben el IVA a la canasta familiar, y por el otro, dicen devolverlo a las clases vulnerables, cuando ellas no pagan IVA, y se pregunta entonces: ¿Qué incentivos existen para la clase media que es la que pone el pecho?, y como si fuera poco, en un país al que se le considera el país más corrupto del mundo según una noticia del diario El Tiempo de fecha 17 de enero 2020 titulada “Colombia se percibe como el país más corrupto del mundo”, en la que es a la clase media en particular a la que le toca pagar los robos que hacen los señores de cuello blanco, o los desfalcos de algunos políticos como el de Electro Caribe. ¡Qué vergüenza!
Lo más lamentable, es que la institucionalidad no se da cuenta de la importancia que representa la clase media para el desarrollo y la sostenibilidad del país.
Dolores Colí en su artículo “La importancia de la clase media” publicado en el diario 24 horas, dice: “Interesante el informe que presentó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre la importancia y situación de la clase media en el mundo. El informe fue titulado Bajo presión: la clase media exprimida. ¿Le suena?”
“La OCDE concluye que la caída de los ingresos y nivel de vida del segmento social denominado clase media de sus países miembros ha provocado “sociedades cada vez más angustiadas por su situación económica” que los lleva a cuestionar y calificar de “injusto” el sistema socioeconómico”.
La conclusión del documento es probablemente muy obvia: “Las sociedades con una clase media sólida tienen bajos niveles de inseguridad y tienen mayor confianza, satisfacción y estabilidad política”.
¿Cuándo aprenderemos?