Una parte de la Gran Prensa, nos acaba de notificar que Iván Duque será Presidente de Colombia en la primera vuelta, y que faltando siete semanas para las elecciones el candidato del uribismo ya completa 40% de intención de voto y que el 10,01% lo logrará sin mayores problemas en el tiempo restante.
Los resultados de una encuesta realizada por Yanhaas para varios medios de comunicación, y que ha levantado muchas suspicacias entre amplios sectores de la opinión pública, anuncian que no existe ninguna posibilidad de que puedan llegar a segunda vuelta Germán Vargas y Sergio Fajardo. Y a Humberto De La Calle lo ubican por debajo del margen de error, disputándose los últimos lugares con Piedad Córdoba y Vivian Morales.
La encuesta hace aparecer a Petro como la única opción que podría llegar a segunda vuelta, algo terrible, según la extrema derecha, para la sobrevivencia de la democracia. Frente a todo esto el uribismo-pastranismo trata de convencer a los ciudadanos de que sí es posible ganar en primera vuelta con Duque y de esa manera hacer desaparecer cualquier riesgo de que la izquierda o la centro-izquierda puedan hacerse al poder.
Como lo que ha mediado en las elecciones en Colombia es el miedo, los “uribistas” tratan de convencer a los seguidores de Vargas, del conservatismo y de la U, que lo mejor es elegir a Duque para salvar a Colombia del “castrochavismo”, lo que significa que no promoverá ninguna reforma agraria, no le cobrará más impuestos a los ricos y se harán trizas los acuerdos con las FARC para solucionar el problema del conflicto interno a punta de plomo, eso sí, poniendo a los hijos de los más pobres a pelear esa guerra.
Los más convencidos con estos argumentos de la derecha-derecha son precisamente los pobres, que están muy preocupados por los impuestos que se les impondrían a los latifundistas por tener tierras ociosas; o porque se va a evitar que las multinacionales se queden con la riqueza petrolera y estén exoneradas del pago de impuestos; o por obstaculizar el impacto negativo que tendrá el fracking en la oferta de agua en gran parte del territorio nacional; o porque algunos no quieren aumentar la edad de jubilación.
En los próximos dos meses nos recalcarán que Duque es el triunfador de las encuestas y que llegará, con el apoyo de los “colombianos de bien”, a superar el 50% de los electores, para que no haya necesidad de una segunda vuelta presidencial. ¿Cuál será la reacción de las otras fuerzas políticas? ¿Se unirán para crear un hecho político?