La pandemia no solamente causó un gran impacto en los sistemas de salud por su globalización, sino un acaparamiento de vacunas por parte de un grupo de países de renta alta. También causó graves desigualdades en la educación y atrasos en el nivel del desarrollo de países del tercer mundo.
El grupo de países que viene acaparando masivamente las vacunas a tal punto que llegan a cubrir hasta tres veces más la población de cada uno de ellos, por lo que hay un desbalance en el tema con efectos negativos en cuanto al poder de negociación de los países restantes con las farmacéuticas, lo cual repercute en la soberanía de los Estados, ya que estos se ven obligados a ceder parte de ella y a violar incluso algunos derechos fundamentales, pues las condiciones de contratación no son iguales, y en algunos casos se les otorga a las multinacionales que producen las vacunas beneficios como instalaciones médicas, ensayos clínicos con la población del país, y la imposibilidad de conocer los efectos secundarios de estas vacunas, lo que ha ocasionado muertes en algunos tipos de pacientes.
Esta pandemia también ha producido un rezago económico que algunos expertos consideran que se tardará una década o algo más para ser superado.
Si los países no aúnan esfuerzos en todo tipo de cooperación y facilidades económicas de parte de los Estados ricos para con sus homólogos pobres, las brechas en el contexto internacional aumentarán así como su asimetría en todos los aspectos.
Será de esta manera muy difícil para los países subdesarrollados cumplir con los pagos de su deuda, y urge el tener líneas de crédito para los países de renta media a fin de que se reactive la economía y se pueda generar empleo y realizar inversión social para evitar focos de violencia, aumento de la inequidad y resquebrajamiento de la democracia.
El problema que existe es que hay un vacío de liderazgo y de poder en el contexto internacional, ya que Estados Unidos era el líder por excelencia y dejó de serlo en la era Trump, y a pesar de que el actual mandatario de ese país ha anunciado que retomara su liderazgo en temas importantes de la agenda internacional, es muy temprano para conocer el resultado de su liderazgo, ya que con la pandemia se ha fragilizado la democracia en el mundo y se han aumentado los populismos de derecha e izquierda y los totalitarismos que han violado los derechos fundamentales.
Esta pandemia también ha tenido repercusiones negativas en el desarrollo humano y por ende en la educación, ya que el confinamiento desarrolló el aprendizaje a través del internet con lo cual la calidad de la educación no es la misma, y en países subdesarrollados no todos tienen acceso al internet, ni cuentan con teléfonos celulares, tabletas o computadores.
Debido a la crisis, muchos niños fueron obligados a trabajar por ello hay un llamamiento a los gobiernos por parte de Naciones Unidas para que solucionen esta problemática, exista una cooperación pública y privada a fin de combatir la falta de educación, la desnutrición, la carencia de agua potable y la corrupción que existe alrededor de los desayunos escolares.
Algunos consideran que la actual es una generación perdida, la cual va a repercutir directamente en el atraso de los países, pues un país alcanza su desarrollo a través de la educación, la ciencia y la tecnología, y por supuesto la paz.