La pólvora no es un juego

Opinión Por

Por estas épocas es muy usual en las celebraciones de grandes ciudades y municipios que la pólvora este de por medio en los eventos de fin de año e incluso durante los primeros días de enero en varias tradiciones regionales.

Sin embargo, el uso desmedido de la pólvora en Colombia se ha venido incrementado al igual que sus enormes riesgos para quienes la manipulan, pero sobre todo, los niños son los grandes damnificados, en muchos casos por la irresponsabilidad de los adultos e incluso de sus padres.

Según cifras entregadas oficialmente por el Instituto Nacional de Salud (INS) al momento de redactar éste artículo ya se registraban 411 casos de colombianos lesionados. De esta cifra el informe señala que 183 son menores de edad.

A pesar del alto número de personas afectadas, se reporta una cifra menor con respecto al mismo período del año pasado.

El ranking por regiones según el informe, lo lidera Antioquia, con 56 lesionados, Valle del Cauca, con 47, Bogotá, con 41 y Córdoba, con 22, son las regiones y ciudades con el mayor número de personas heridas por la  manipulación de pólvora.

A pesar de las grandes campañas pedagógicas para tomar conciencia frente a los peligros que la pólvora representa, aún muchos colombianos no acatan el llamado de las autoridades y siguen arriesgando sus vidas, algo realmente preocupante.

Amputación de dedos, quemaduras de segundo y tercer grado en manos, pecho y cabeza son algunas de las lesiones que presentan quienes sufren en carne propia las consecuencias de jugar con pólvora y manipularla.

Los padres de familia deben jugar un papel más activo frente a sus hijos para evitar que los menores manipulen la pólvora, es un riesgo inminente y un peligro latente al que están sometidos.

Los derechos de los niños prevalecen por encima de cualquier cosa, por ende sus padres y los adultos deben brindar garantías para no exponerlos a ningún tipo de peligro, en este caso al uso de la pólvora.

Porque como dije en el título de éste artículo, la pólvora NO es un juego, así que tomemos conciencia frente a éste grave riesgo y evitemos dolores de cabeza que en muchos casos dejan marcas y secuelas de por vida.

Seamos responsables frente a este tema tan vital que año tras año y por estás épocas afecta a centenares de colombianos y peor aún a niños que apenas están en etapa de crecimiento y a adolescentes que por su etapa de crecimiento ven esto como un tema de menor interés.

Ojalá que nuestro país llegue algún día a presentar cero casos de personas quemadas con pólvora, lograrlo es tarea y responsabilidad de todos.