Durante la epidemia, nos hemos dado cuenta de que existen múltiples alternativas para mantenernos conectados e informados desde la comodidad de nuestros hogares, las reuniones presenciales se han convertido en reuniones por zoom, Skype o tantos otros softwares, o sencillamente se han reducido a mensajes de WhatsApp, Telegram y/o correos electrónicos. No obstante, el acceso a estos medios se da de manera distinta para las regiones del país, ¿Qué pasa cuando la infraestructura para las tecnologías de la información y de la comunicación no llega de manera igual a los territorios?
Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) son una herramienta, un medio, no un fin, que tiene el potencial de mantener conectadas a las personas y comunidades, facilitando el acceso a información y construcción de conocimiento sobre cualquier tema de la vida cotidiana, a la vez que permiten tomar decisiones con base a la información disponible.
La revista Entrepreneur, define las TIC como un conjunto de herramientas relacionadas con la transmisión, procesamiento y almacenamiento digitalizado de la información, como al conjunto de procesos y productos derivados de las nuevas herramientas, hardware y software, en su utilización en la enseñanza.
En junio el Ministerio de las TIC anunció que cerca de 300 zonas rurales podrán acceder a Internet de manera gratuita durante los próximos dos meses. Esperemos que este proyecto tenga mejores resultados que los quioscos digitales, consulté a amigos y familiares en Caquetá, Boyacá, Antioquia, Norte de Santander y Nariño, no encontré la primera persona que me dijera que actualmente los quiscos digitales de su corregimiento están funcionando adecuadamente. Además, en una columna publicada por el diario El Tiempo en junio de este año se reveló que la penetración de internet rural en Colombia es inferior al 10%.
Retos y oportunidades de las TIC
En cada territorio las comunidades y organizaciones locales hacen lo que pueden con los recursos y redes que tienen para mantenerse comunicados, conocer que pasa adentro y afuera de sus comunidades. En el caso específico de las organizaciones comunitarias dedicadas a la producción, transformación y comercialización de alimentos me he encontrado con dos realidades, la primera es que las organizaciones localizadas en territorios urbanos y periurbanos han fortalecido su apropiación de las tecnologías de la innovación, incorporando novedosas herramientas para mantenerse informados y dar a conocer su oferta.
En contraparte, las organizaciones rurales, sean campesinas o étnicas, donde tradicionalmente han existido vacíos de infraestructura vial y de telecomunicaciones están viendo ensancharse las brechas entre campo y ciudad. Muchos estudiantes han tenido que acudir al uso de cafés internet para realizar sus deberes escolares, debido al pésimo funcionamiento de los quiscos virtuales en la mayoría de las regiones del país.
En algunos territorios los actores armados han dificultado la instalación de antenas por vías violentas para evitar que puedan ser interceptados, acciones que han frustrado intentos históricos de acceder a telefonía móvil e internet, como ha sucedido en algunos municipios de la región del Catatumbo.
Los retos que afrontan las administraciones municipales para garantizar el acceso a TIC en territorios rurales no son exclusivamente políticos, es decir, relacionados con la voluntad política de los tomadores de decisiones locales que invertir en la infraestructura de telecomunicaciones de sus territorios. También, existe un reto geográfico de llegar a las comunidades, sin embargo, garantizar el acceso de las TIC no es una tarea fácil, pues exige varios trade off para mediar entre acceso a TIC y conservación de ecosistemas.
Asimismo, la mediación entre saberes, prácticas y cosmovisiones sociales y la apropiación de las TIC es una labor que exige mucha empatía, diálogo y mediación, uno de los tantos ejemplos de prácticas locales y propias con relación a la apropiación de las TIC son las comunidades motilones Barí, sobre que Jhon Posso, profesional que acompaña a comunidades campesinas e indígenas en la región del Catatumbo, cuenta que en las comunidades Motilones Barí exigen a los proyectos y agentes que ingresan al territorio respetar las formas tradicionales de comunicación que han permitido conservar a lo largo de la historia los saberes y prácticas ancestrales.
Por otra parte, el involucramiento de jóvenes rurales y tecnologías de la información debe ser también un tema de gran relevancia en la agenda política de los territorios rurales en Colombia, el arraigo y la defensa de las identidades campesinas y étnicas, puede entretejerse con las múltiples herramientas tecnológicas que existen en la actualidad para que los jóvenes tengan la oportunidad de permanecer en los territorios de manera digna.
Comunicación desde la base
Pese a las brechas de acceso a TIC, es cierto que las comunidades rurales no se han quedado impasibles, por el contrario, han puesto en marcha sus propias estrategias para mantenerse comunicados, las radios comunitarias y el “voz a voz” han sido los medios de comunicación preferidos. Con la particularidad de que los periodistas o emisarios hacen parte de las comunidades a las que buscan mantener informadas.
La Acción Popular Cultural (ACPO) es experiencia emblemática de medio de comunicación comunitario, que incluye el think thank El Campesino, las Escuelas Digitales Campesinas, el Programa De Fortalecimiento a Medios Comunitarios IRRADIO.
En 3Colibrís, la organización a la que pertenezco, trabajamos de la mano con nuestros aliados, organizaciones comunitarias campesinas y de productores comunitarios en Latinoamérica para ofrecer información sobre cadenas de comercialización locales buscando fomentar la creación de conocimiento de manera participativa. Garantizar el derecho de las comunidades rurales a mantenerse informada accediendo a información verás, oportuna y ética es una manera de contribuir a la construcción de paz desde y para los territorios.