Se acerca la fecha electoral para elegir en Colombia a los próximos gobernadores, diputados, acaldes, concejales y ediles, en un proceso que tendrá lugar el próximo 27 de octubre en todo el país y del cual podrá participar los ciudadanos que tengan sus cédulas inscritas.
Según la Registraduría Nacional, en total se inscribieron 121.194 candidatos, de los cuales 179 aspiran al cargo de gobernador y 5270 para alcaldías, sin duda, una cifra bastante alta, sólo los mejores obtendrán el favor en las urnas por parte de los electores.
Ellos y ellas, quienes resulten ganadores, tendrán la enorme responsabilidad de trabajar por el desarrollo y progreso de cada una de sus regiones, de cada ente territorial, de llevar las riendas y conducir a esos departamentos y municipios por la senda de un liderazgo que permita desde lo regional ayudar a consolidar los propósitos nacionales y armonizar sus planes de desarrollo con el Plan Nacional de Desarrollo, para entre todos hablar un mismo idioma, para que sus propuestas tengan eco y puedan cristalizarse positivamente y ejecutarse durante sus mandatos.
Sabemos bien que nuestros municipios, especialmente los de cuarta, quinta y sexta categoría, tienen enormes dificultades en todos los campos, es imperioso e inaplazable brindar soluciones definitivas y de fondo, no podemos extender en el tiempo sus problemas, ni las penurias que complican el bienestar de sus habitantes.
El principal obstáculo que encuentran los mandatarios cuando llegan a gobernar y también el reclamo generalizado de sus comunidades, rurales especialmente, es la deficiente malla vial y sobre todo las condiciones precarias de sus vías terciarias que son una prioridad para los municipios que son despensas agrícolas, sin vías, no hay progreso, no hay competitividad, el comercio de los productos se dificulta, las vías son el motor de esas localidades con vocación agrícola y para todos en general.
La falta de oportunidades y el creciente desempleo, es otro dolor de cabeza para los nuevos mandatarios, se necesitan fórmulas para combatir este penoso flagelo social, hoy en Colombia la cifra de desempleados llega a los 2 millones 300 mil personas sin una fuente de trabajo digna, en el campo local, muchos de nuestros egresados, muchos profesionales ven como única alternativa los empleos en sus entidades administrativas locales, esto es alcaldía, Hospital, empresas de servicios públicos, entre otras, puestos de trabajo que son escasos, pero esto no puede limitar las aspiraciones de quienes buscan un ingreso económico, el reto está en articular otras fuentes de empleo, con alianzas público privadas, con obras de impacto que generen empleo directo e indirecto, eso dinamiza la economía de las regiones, pero esto va ligado a la capacidad de cada gobernador, de cada alcalde y fundamentado desde luego en su programa de gobierno.
Sin duda, son múltiples las necesidades que encontraran gobernadores, gobernadoras, alcaldes, alcaldesas, al frente de sus regiones, la situación fiscal del país no es del todo buena, y en ese orden de ideas tendrán que priorizar los gastos de inversión, en lo más primordial, sin descuidar los demás sectores por supuesto.
Pero también serán los gobernantes de la Colombia del posconflicto, ellos y ellas tendrán la gran responsabilidad de ser garantes de la Paz en cada una de sus regiones, de ayudar a reconstruir el tejido social desde las bases, de brindar mecanismos para que se logre la reconciliación, de extender la mano amiga a quienes ahora están del lado de la legalidad, en brindarles garantías plenas para su reinserción a la sociedad.
Son desafíos ineludibles, compromisos inaplazables, la gente, los ciudadanos están expectantes por lo que será el futuro de sus regiones, quienes asuman el próximo primero de enero funciones administrativas, tendrán que estar a la altura, pero también gobernar con transparencia, con rectitud, donde los actos de corrupción que hoy son el pan de cada día se conviertan en cosa del pasado, esa triste página de la corrupción tenemos que pasarla y superarla.
Ojalá sean más los gobernantes que se destaquen por su compromiso comunitario y social, por sus logros de ejecución, por las obras prioritarias que requiere la gente y que no sean recordados por dejar elefantes blancos, por derrochar lo público, ojalá sean más los gobernantes los que busquen el bien general que el particular, la política es para servir a la gente, no para servirse asimismo.
Colombia y su gente es un país maravilloso, los colombianos merecemos buenos gobernantes, sólo así podemos ir cambiando la historia y ustedes ciudadanos, tienen el poder en sus manos, ¡Elijamos bien!