Empezó la segunda legislatura en el Congreso y con ella asumió funciones una nueva mesa directiva integrada por los senadores Lidio García, Honorio Henríquez y Alexánder López, presidente y vicepresidentes respectivamente.
Sin duda, es una directiva pluralista, dinámica y sobre todo garantista, esperamos que el legislativo retome su rumbo y sea protagonista de las grandes reformas y transformaciones que hoy pide a gritos el país.
En ese sentido se ha acordado como propósito general trabajar en conjunto para minimizar la polarización política que se ha tomado el escenario nacional en los últimos años y que las diferentes sesiones tanto de comisiones como las plenarias se deben realizar en el marco del respeto sin rayar en discursos de odios o señalamientos de uno u otro sentido. Esa, fue la principal conclusión tras la primera reunión de voceros que tuvo lugar en días pasados.
Dicho encuentro sirvió también para diseñar todo un cronograma legislativo y ordenar la agenda congresional que estará regida, como ya lo dijimos, en debates respetuosos donde primen los argumentos y no los insultos.
Tengo que decir también, que gracias al apoyo unánime del liberalismo, hoy soy el vocero de nuestra bancada para esta segunda legislatura, el respaldo colectivo de mis colegas de partido, es un aliciente más para seguir trabajando por el país y priorizar una agenda nacional y no partidista que nos lleve a buscar las verdaderas soluciones a los problemas reales de los colombianos.
Es así como llevaremos al seno de la plenaria del Senado, tres grandes debates de interés nacional. La crisis de HidroItuango, la deforestación en Colombia y la sostenibilidad energética serán motivo de mucha atención en los próximos meses. Pero también tenemos que trabajar para buscar fórmulas a fenómenos sociales como el desempleo que sigue en aumento, el bajo crecimiento económico del país, la inseguridad ciudadana, la débil infraestructura vial, el lánguido modelo de salud, la calidad educativa, la inversión social en la otra Colombia, en fin, son múltiples los problemas nacionales y es hora de cerrar filas entre todos para hacer un frente común que permita gradualmente solucionarlos.
Esperamos que todas las bancadas estén a la altura aportando ideas, soluciones y dando ejemplo a los colombianos de que se puede lograr una reconciliación plena, sin pronunciamientos que inciten a la violencia y que genere odios en nuestras regiones y provincias colombianas.
Ojalá que el partido de gobierno entienda este mensaje y no siga insistiendo en hacer trizas la paz, hoy han radicado varios proyectos, once en total para modificar la JEP, para quitarle alcances a la justicia transicional y diseñarla a la medida de sus propios intereses, y para limitar los alcances del acuerdo de Paz de La Habana, eso es una pésima señal para nuestro Estado social de derecho.
Iniciativas como la que pretende modificar la Ley de Víctimas (Ley 1448 de 2011) en su capítulo de restitución de tierras, también el proyecto de Ley 014 de 2019 el cual busca otorgar un tratamiento especial que reemplace la pena privativa de la libertad para los miembros de la fuerza pública que hayan cometido delitos antes del 1° de diciembre del año 2016, o el proyecto 015 de 2019 para quien manifieste acogerse a la JEP pueda solicitar la revocatoria de la medida de aseguramiento, igualmente la iniciativa del expresidente Álvaro Uribe que pretende que no sea conexo al delito político los delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente y otra serie de proyectos que como ya se ha dicho por parte de varios colegas es un cerco legislativo a la Paz de Colombia por parte del Centro Democrático.
Muy lamentable que se quiera seguir poniendo palos en la rueda a la Paz, que no se permita avanzar en la reconciliación nacional, que se sigan aportando insumos para echar abajo lo acordado en La Habana, esperamos que las mayorías se impongan para evitar el avance de estas amenazas legislativas que pondrían en riesgo muchas cosas del acuerdo de Paz.
El liberalismo seguirá firme, defendiendo y respaldando con coherencia la Paz de los colombianos, nosotros queremos que la gente viva tranquila, sin odios, sin señalamientos, sin violencia y a cambio que goce de tranquilidad, de armonía, que sus hijos disfruten de un país diferente, con oportunidades y donde la calidad de vida de todos mejore.