A una semana de la elección llegamos a ese punto donde no se puede insinuar en público algo negativo de un candidato, so pena de recibir de uno de sus seguidores un enérgico y pasional llamado de atención.
Otro grupo de ciudadanos tiene una respuesta única: “me gusta este candidato x pero yo no quiero tirar mi voto”, esa idea está relacionada con el llamado “Voto útil” si bien no se conoce a profundidad sus causas, es la idea de querer votar por un candidato que tenga verdaderas oportunidades de ganar, y entonces la cosa se complica.
Generalmente esto se da por dos motivos, por una parte, porque las personas no sienten que su voto (uno de millones) realmente influya en la realidad del país, y creen que sólo votando por una opción ganadora pueden mínimamente hacer que “su voto valga”, y por otra parte, porque no notan una diferencia profunda entre los candidatos, bien sea porque no han investigado sus propuestas, o porque sólo se concentran en la información superficial que reciben de ellos (como apoyos cuestionados, o detalles de su hoja de vida).
El punto es que hasta ahora no se ha encontrado la fórmula “mágica” para crear una tendencia que revierta ese “Voto útil” y haga de un candidato bajo en las encuestas un verdadero ganador, máxime se tienen ejemplos donde un candidato da un golpe de opinión que genera un llamado de atención que controvierte las encuestas, tendríamos entonces que ver casos como Rodolfo Hernández en Bucaramanga o Federico Gutiérrez en Medellín, en cuyos casos hicieron de sus campañas las ganadoras a pesar de no ser los grandes favoritos días antes de las urnas, y vencieron con diferencias mínimas.
Por el momento, muchas campañas buscan en realidad aprovechar el “Voto útil”, como la Coalición Colombia diciendo que van repuntando encuesta tras encuesta, o la de Mejor Vargas Lleras afirmando que las encuestas no están reflejando la realidad. Este fenómeno les da a las encuestas un valor un tanto exagerado de la realidad de la intención de voto, y de ahí que su papel se vuelva trascendental en las campañas políticas, como también las estrategias para controvertirlas y minimizarlas.
Es por todo lo anterior que cada vez que una persona me pregunta ¿Por quién hay que votar este 27 de mayo? Mi respuesta es: por el candidato que más se acerque a sus preferencias. Claro que después de eso entran en conflicto, pues los invito a investigar un poco más las propuestas y hoja de vida del candidato.
Y para todos los que no quieren “tirar su voto” les recuerdo esto:
Primero: El ejercicio de la representación política es mucho más que aquello que refleja una encuesta, es también la idea de buscar sinceramente entre las opciones (que puedan o no tener posibilidades de ganar) y elegir la que consideren mejor, y después de ser elegidas revisar su gestión.
Segundo: Sea que el candidato porque el que vote gane o pierda, su supervivencia política también depende de aquellos que lo apoyaron aun sabiendo que podría no ganar, y eso permite también que ese proyecto político siga vivo, sea en el Congreso o sea en las regiones, es decir, el voto no sólo es importante para ganar.
Tercero: El voto sí tiene un valor relevante, no por eso muchos pagan por unos votos, y además permite que al gobernante entender cuanta legitimidad real tendrá al momento de gobernar, si más personas votaran por su opción preferida, mejor sería la expresión real de las fuerzas políticas luego de la elección.
Cuarto: Votar sólo porque un candidato sí puede ganar y otro no, es realmente botar el voto, luego viene un muy veloz desencanto, pues esa nunca fue la opción preferida, y además se refuerza la desafección por el sistema político, porque, así las cosas: “nada cambia”, “siempre son los mismos”. Y quien debe empezar por no “tirar su voto” es usted.
Finalmente, está la conciencia, por los próximos cuatro años muy probablemente muchos levantaremos el puño con energía para criticar al nuevo gobernante, y nuestra ética y conciencia interior podrá decir dos cosas: que votamos por la mejor opción sea que ganara o no, o que “tiramos el voto” sólo para ver en las noticias de la noche el domingo que ese candidato por el que votamos podía ganar. Pero ese es un asunto interior de cada ciudadano.