La Paz de Colombia lograda con la extinta guerrilla de las FARC durante el Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, pasa por uno de sus peores momentos desde que se firmó el acuerdo final con esa agrupación el pasado 24 de noviembre de 2016.
La gran mayoría de excombatientes decidieron entregar sus armas y acogerse a la legalidad dentro de un marco jurídico pleno y con todas las garantías para el retorno a la vida civil, sin embargo, con el nuevo Gobierno que, asumió funciones el 7 de agosto del año anterior, los acuerdos de Paz logrados en La Habana han venido sufriendo una andanada de persecuciones y de ataques desde diversas orillas políticas que quieren seguirle apostando a la guerra y a más derramamiento de sangre entre los colombianos más vulnerables.
Ahora bien, el Presidente de la República Iván Duque, ha presentado una serie de objeciones al Acto Legislativo 01 de 2017 el cual creó la Jurisdicción Especial de Paz –JEP-, órgano de justicia transicional encargado de velar por verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, pero quienes no apoyaron nunca el proceso de Paz con las FARC, han tratado de desvirtuar y desacreditar las calidades de los magistrados que integran tal Jurisdicción.
Sobre ellos se ha dicho de todo, que tienen ideología de izquierda, que sus fallos tienen sesgo político, que es un tribunal de impunidad, que los victimarios no lo ven como una justicia de verdad, en fin, toda una serie de improperios para mancillar la imagen de un modelo de Justicia aplaudido incluso por la comunidad internacional.
El presidente Duque pidió modificaciones en seis de los 159 artículos de la ley estatutaria de la JEP, entre ellos los que se refieren a la reparación de las víctimas, la verificación de la lista de postulados a la Justicia Transicional, la suspensión de procesos en la justicia ordinaria contra quienes se han acogido a la JEP y la renuncia a la persecución penal de quienes no son máximos responsables pero cometieron delitos de lesa humanidad.
Así mismo, los artículos que hacen referencia a las pruebas que pueda pedir la JEP en trámites de extradición, así como a la posibilidad de no extraditar a terceros que ofrezcan verdad.
Desde el Partido Liberal, colectividad que se la jugó por la Paz, NO vamos a apoyar la iniciativa presidencial de objetar la Paz de Colombia, seguiremos defendiendo los acuerdos de La Habana, porque echarlos abajo sería el retorno de la violencia, sobre todo en las regiones más apartadas, las mismas que sufrieron el conflicto con mayor intensidad.
Y es que la Jurisdicción Especial de Paz, es la columna vertebral de los acuerdos con las FARC, sin su creación y sin la aplicación de esa Justicia Transicional, muy seguramente quienes estaban en la ilegalidad hubieran aceptado dejar sus armas, pues como bien decían en su momento voceros de esa agrupación guerrillera, nadie hace la Paz para ir a una cárcel.
Entendemos por supuesto el dolor de las miles de víctimas que dejó el conflicto armado con ese grupo subversivo durante más de 50 años, muchos reclaman prisión para los cabecillas de las FARC que participaron del proceso, varios de ellos, incluso, con delitos de lesa humanidad.
Pero también entendemos que el país debe perdonar y que debe abrazar la reconciliación nacional, necesitamos que Colombia nunca más vuelva a ser escenario de actos de barbarie, de sangre, de dolor y de luto, necesitamos cerrar la fábrica de víctimas, la guerra ¡nunca más!
Es maravilloso ir a regiones otrora vedadas para recorrerlas, regiones hermosas de la otra Colombia con cordilleras, ríos, páramos, paisajes sin igual, con la tranquilidad de abrazar a los campesinos que tuvieron durante años miedo y convivieron con la zozobra de la violencia que minó sus sueños.
Esperamos que ahora el Congreso en una decisión sabía, logre entender el sueño de millones de colombianos que quieren ver a nuestro país en Paz y reconciliado, donde la guerra sea cosa del pasado y donde la violencia nunca vuelva a silenciar vidas de inocentes, por esto y muchas más razones VOTARÉ NO a las objeciones presidenciales a la Paz de Colombia.