PALABRAS DEL DOCTOR JORGE GAVIRIA LIEVANO, PRESIDENTE NACIONAL, EN EL ACTO DE LANZAMIENTO DEL OBSERVATORIO DE PAZ DE LA UNIVERSIDAD LIBRE, EL JUEVES 23 DE MARZO DE 2017 EN EL PARANINFO BENJAMIN HERRERA DE LA SEDE DE LA CANDELARIA
“Señor Doctor Humberto de la Calle, Jefe de la Delegación del Gobierno Nacional en la Mesa de Negociaciones de Paz con las FARC en La Habana; Profesor Alejo Vargas Velásquez, Director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional; Profesor Francisco Barbosa Delgado, Analista Político, columnista y Académico de la Universidad Externado de Colombia; señor Don Henry Acosta, Facilitador del proceso de paz entre el gobierno y las FARC; señor Don Carlos Antonio Lozada, Miembro de la Delegación de las FARC en los diálogos de La Habana.
Quiero saludarlos a todos muy cordialmente, celebrar en nombre de la Universidad Libre y en el mío propio su presencia en este acto de lanzamiento de nuestro Observatorio de Paz y agradecerles vivamente por haber accedido a compartir con nosotros las iluminadas intervenciones que habremos de escucharles hoy en torno a los grandes y variados retos que ofrece el proceso de implementación de los acuerdos en sus primeras etapas. A esta bienvenida a ustedes quiero desde luego vincular al Doctor Jorge Alarcón, entusiasta inspirador e impulsor de este Observatorio, quien por temporales razones de salud no está hoy con nosotros. Por tal razón y en virtud de mandato estatutario, ejerzo hoy las funciones de Presidente Nacional.
Antes de escuchar sus valiosas exposiciones paso a referirme en términos muy generales al tema del Observatorio de Paz.
-A la pregunta de cuál es la relación entre Universidad Libre, posconflicto y paz podríamos responder así:
El General Benjamín Herrera, uno de los firmantes del acuerdo que le puso fin a la Guerra de los Mil Días al comenzar el siglo XX, plasmó indeleblemente en la memoria de Colombia una frase que implicaba el más grande gesto de genuina tolerancia: “La Patria por encima de los Partidos”. La suya era una tolerancia que rebosaba fortaleza de carácter y esa manera de entender y de vivir la tolerancia le sirvió a Herrera para cumplir años más tarde con el mandato de la Gran Convención Liberal de Ibagué de fundar la Universidad Libre en 1922. Un centro de estudios en el que el sectarismo no tendría cabida; de donde el fanatismo fuera erradicado; en la que hubiera libre cátedra y libre investigación científica, en el que nada perturbara la conciencia de los individuos; la Universidad representaba una firme reacción frente a la educación confesional y dogmática que provenía de la Colonia . Está aún por dilucidarse en Colombia cuánta responsabilidad le cabe a los estragos que produce una educación dogmática en la generación de intolerancia, de fanatismo y, por ende, de violencia exacerbada. La Universidad Libre se diseñó así para rendirle merecido culto a la libertad, para enseñar el respeto del derecho ajeno, que como lo dijera el gran mejicano Benito Juárez, es la garantía de la paz. Nacida en la era de ese posconflicto, la Universidad Libre ha sido fiel durante estos primeros noventa y cinco años de existencia a los postulados fundacionales de Herrera y de quienes lo acompañaron felizmente en esa hora. Siendo una Universidad nacida del posconflicto no debe extrañar que ahora la Universidad Libre quiera participar también y contribuir eficazmente, desde las disciplinas que representan sus mayores fortalezas, en los retos de todo orden que hoy plantea el posconflicto.
La paz es, pues, claramente un compromiso institucional que esta universidad ha asumido con mucha responsabilidad ,tanto hoy como en los años de su formación con Herrera a la cabeza y luego con el esfuerzo de muchos. Al continuado crecimiento de la Universidad Libre muchos colombianos ilustres dedicaron lo mejor de sus esfuerzos; para citar ahora solo unos pocos de una extensa lista, recordemos, por ejemplo, a Jorge Eliécer Gaitán, Miguel López Pumarejo, Darío Echandía, Germán Zea, Gerardo Molina. Gracias al trabajo de ellos y de muchos otros compatriotas, la Universidad Libre es una universidad inmensa, al menos en términos colombianos, ya que cuenta con alrededor de 35000 estudiantes presenciales, y su espectro nacional es amplísimo pues cuenta con sedes no solo en Bogotá, sino en Barranquilla, Cali, Pereira, Cúcuta , Cartagena y El Socorro
-Si nos preguntáramos por qué un Observatorio de Paz en la Universidad Libre, diríamos:
Que en armonía con su propia historia, el Observatorio para la Paz que hoy estamos lanzando es un proyecto de nivel nacional en el ámbito de nuestra Universidad, con el que se reafirma el compromiso institucional de proyectar sus valores fundacionales para contribuir a la consolidación de una cultura de reconciliación, tolerancia y equidad.
Este Observatorio de Paz es el espacio académico desde el cual la Universidad Libre contribuye al estudio objetivo y científico del desarrollo del posconflicto. Sus tres ejes misionales: investigación, docencia y proyección social se ponen a disposición de los requerimientos reales de la construcción de la paz en Colombia. Y busca hacerlo de una manera dinámica, procurando que sus hallazgos académicos aterricen lo más posible a nuestras realidades y contribuyan de manera efectiva a la resolución de las múltiples inquietudes e interrogantes que plantea una empresa de semejante envergadura y trascendencia.
Nuestro Observatorio hará aportes significativos desde diversas disciplinas científicas; pero sin duda será en el campo jurídico en el que tendrá un papel determinante en lo que se refiere al seguimiento del gigantesco desarrollo constitucional, normativo y jurisprudencial que supone la implementación de los acuerdos de paz. El Observatorio hará un cuidadoso escrutinio, por ejemplo, del tratamiento que a la postre se le de al interesante y polémico mecanismo del “Fast Track” que dinamiza la producción del derecho alrededor de la paz y rompe sin duda una arraigada tradición mucho más pausada en nuestro mundo jurídico y pondrá su mejor empeño para que este novedoso expediente se circunscriba a lo previsto en los acuerdos de paz. Este es apenas un ejemplo porque naturalmente la producción previsible en el campo jurídico es inmensa , como vastos y complejos son los puntos de los acuerdos de paz. Ya estamos viendo la inmensa profusión y el movimiento de las diversas ramas del poder público, como quizás nunca antes lo habíamos presenciado.
-Cuáles son los otros temas relevantes del Observatorio?
Como desarrollo de nuestra misión de proyección social, y desde el punto de vista académico, el Observatorio estará muy atento a que en Colombia se garantice la eficacia de la participación política y de los movimientos sociales que en un país en posconflicto deben circunscribirse a marcos democráticos que aseguren el respeto por el otro; y cuando esa participación política y esos movimientos envuelvan una protesta, consecuentes con las exigencias del posconflicto, tendremos que desarrollar una cultura nueva para protestar enérgicamente pero de manera siempre pacífica, entre otras razones para asegurar la eficacia de nuestras protestas que por ahora parecen diluirse en el vandalismo o la violencia que las suelen acompañar para beneplácito y muchas veces el beneficio de quienes propician el motivo que da lugar a nuestras protestas.
En armonía con lo anterior, será también preocupación en el Observatorio los esfuerzos que deberemos hacer para construir una nueva cultura que se refleje en el lenguaje y en la narrativa del posconflicto. Ello nos permitirá trabajar en el propósito nacional de ir desarrollando también desde la Universidad una verdadera pedagogía para la paz.
Nos preocupa hondamente que los nubarrones de corrupción que agobian hoy al país y a la región se puedan convertir en peligroso pretexto para evitar que el proceso de construir la paz se cumpla con el ritmo acelerado que demanda, que sea una cortina de humo mediante la cual se busque desviar el cauce por donde fluya la paz, mediante la habilidosa manipulación de los interesados en perpetuar las modalidades de violencia que ya estamos sin duda superando. La reflexión anterior no obsta para que tengamos claro, como en efecto lo tenemos en el Observatorio, que para la construcción de la paz estable debemos ocuparnos disciplinadamente en el ponderado examen de las múltiples ramificaciones de este cáncer devorador de nuestra institucionalidad, a fin de ir proponiendo desde lo académico soluciones viables para contrarrestarlo.
-Y si inquirimos acerca de cuáles son los productos que se esperan del Observatorio podríamos señalar brevemente lo siguiente:
En la página web del Observatorio dinamizaremos toda su actividad y registraremos los principales desarrollos de los acuerdos de paz; daremos cuenta de lo que es, entre otras cosas, nuestra participación en redes de la importancia de la Alianza de Universidades por la Paz que inteligentemente orientada y jalonada por el ilustre profesor Alejo Vargas está integrada por la Universidad Nacional, el Rosario, el Externado, la Javeriana, Los Andes y en la cual ya viene participando también activamente la Universidad Libre. Daremos cuenta de eventos académicos como Seminarios, Congresos, Mesas de Trabajo, Talleres, Paneles, Ponencias, entre otros. A través de esa página podremos poner más de relieve actividades nuestras de investigación tales como el Grupo de Investigación de estudios Constitucionales y de la Paz, el Semillero de la Paz, la publicación de informes parciales, boletines, artículos, editoriales, capítulos, libros, etc.
Desde el punto de vista de la proyección social, buscaremos participar en las múltiples instancias gubernamentales y de la sociedad que requieran de nuestros aportes y conocimientos.
Este Observatorio de Paz abre hoy sus puertas y espera de todos ustedes una estrecha, permanente y fecunda participación. La Presidencia y la Vicepresidencia Nacionales de la Universidad lo han considerado de la más alta importancia y significación y lo han articulado de manera armónica con nuestro sector académico. De ahí la convocatoria permanente que le hemos formulado al señor Rector Nacional de la Universidad, de probada sensibilidad en el tema del posconflicto y de la construcción de la paz , y el motivo por el cual le hubiéramos extendido la invitación para que hiciera él la instalación de este acto de lanzamiento.
Ahora bien: En esta mesa, con la obvia excepción de quien les habla, están sentadas las más descollantes personalidades que han contribuido con su inteligencia y con su esfuerzo permanente de los últimos años y desde los más diversos ángulos, a hacer posible el gran sueño colombiano de la paz y en verdad que ninguno de ellos requiere de presentación ante ustedes; pero quiero simplemente señalar que proveniente del terreno de la política, de la alta política diría yo, está aquí el Doctor Humberto De la Calle Lombana, a quien en justicia se le reconoce el papel histórico que cumplió con tino y seriedad, a nombre del gobierno nacional, en La Habana. Y el que explicablemente muchos querrán asignarle en el futuro para que el país recorra sin mayores sobresaltos el largo camino que supone la construcción y consolidación de la paz.
Como brillantes exponentes de una muy responsable labor universitaria están hoy con nosotros los Doctores Alejo Vargas Velásquez y Francisco Barbosa Delgado, cuyo devoto trabajo intelectual, el primero desde la Universidad Nacional y el segundo desde el Externado de Colombia, nos permite con afortunada frecuencia gozar de los fulgores de su inteligencia y de la rigurosa producción académica que tanto ha aportado y seguirá sin duda aportando al esclarecimiento de los más fundamentales aspectos de la paz.
En el campo que podríamos denominar práctico encontramos situados, cada quien en lo suyo, a dos personalidades extraordinariamente interesantes: el Doctor Henry Acosta, quien como muchos aquí y en el país lo saben, ha cumplido con gran sigilo y discreción, y desde hace muchos años, papel de extraordinaria significación como un verdadero facilitador del proceso de paz entre el gobierno y las Farc. Nunca ha perdido su equilibrio y su buen juicio ni tampoco su alegría nata ; es, además, un irreductible amigo de esta casa de estudios desde hace muchos años. Tendrá posiblemente la oportunidad de darnos hoy algunas pinceladas del cuadro amplio que él ha ido construyendo no solo en la teoría económica que por profesión domina, sino en una larga práctica sobre la que, en su concepto, puede ser la mejor manera de posibilitar la exitosa reincorporación a la vida civil productiva de quienes estuvieron por tantos años alzados en armas.
Y fue justamente aprovechando las nobles condiciones de facilitador perpetuo que tiene Henry Acosta como pude llegar a Carlos Antonio Lozada, Miembro de la Delegación de las FARC en los diálogos de La Habana, a fin de formularle con entusiasmo la invitación a este acto. Registramos entonces con enorme interés su presencia en esta sala y sabemos que tiene mucho que decir sobre el tema del proceso de implementación de los acuerdos. No sé si esta visita suya sea la primera a la Universidad Libre pero probablemente no será la última. El contacto entre quienes buscaron por la vía armada el imperio de la equidad en Colombia y de quienes lo buscan igualmente desde la academia es posible y está llamado a ser fecundo y perdurable. Son dos lenguajes bien divergentes que, con los necesarios correctivos que nos van proporcionando a todos las crudas realidades sociales, se encuentran felizmente hoy en un punto convergente que es el propósito de construir todos juntos un nuevo país en paz y donde el sol de la justicia brille para todos. Bienvenido entonces a esta casa de la tolerancia y del pensamiento libre y respetuoso.
Las inquietudes son muchas acerca de las dificultades que ofrece hoy el proceso de implementación de los acuerdos de paz y provienen de diferentes sectores de opinión: ya se por el ritmo del gobierno en la adecuación de las zonas veredales de transición y normalización; la ocupación de territorios anteriormente ocupados por las FARC por otras fuerzas ilegales, los cultivos ilícitos que continúan en muchos de esos sitios; el asesinato y amenazas de líderes sociales vinculados a la paz, las deserciones o disidencias en algunos lugares, el ritmo pausado que se observa en la tramitación de normas para poner en marcha los acuerdos, , la indiferencia de buena parte de la opinión nacional ante las urgencias de concluir de una vez por todas el doloroso proceso de décadas, las restricciones y posibles desfiguraciones de la JEP, etc. Omito deliberadamente su relación pormenorizada porque es bien conocida de todos ustedes y porque justamente el objetivo de este encuentro es el de hacer una reflexión acerca de cómo podremos superarlas. Esa reflexión está llamada a enriquecer notablemente el acervo de este nuevo Observatorio de Paz de la Universidad. Doy paso enseguida a las diversas e importantísimas intervenciones de hoy y pido un anticipado aplauso en honor de nuestros visitantes. Muchas gracias!”.