En esta temporada de elecciones, y el llamado a indagatoria del expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez, han dado un interesante significado a lo que pasa actualmente en la política colombiana, lo que en mi opinión es: Un desbordado personalismo político.
Pero, aunque muchas personas intentan en medio de la polarización que vive el país, explicar “los males” de nuestra democracia a la aparición y comportamiento de ciertos políticos denominados caudillos, es también un fenómeno que debería hacer un llamado a los ciudadanos a preguntarse si sus reacciones tanto en redes sociales, como en las urnas está alimentando ese personalismo.
Por supuesto, como lo mencioné en columnas anteriores, el personalismo va acompañado de otros dos interesantes fenómenos, el primero, es el populismo, que desconoce a las instituciones como intermediarios entre el caudillo y los ciudadanos, pues él es quien “sabe” lo que es mejor para todos, y el segundo, más difundida en los últimos años, es la post-verdad (concepto el pleno debate), que llama la atención sobre información que se aleja de los hechos para favorecer o perjudicar a personas o instituciones, con fines específicos.
Ahora bien, lo ocurrido en redes sociales con la atención mediática que ha tenido el llamado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) al senador Uribe, puede contrastarse con la forma como se configuró el apoyo del senador Gustavo Petro a su candidato a la alcaldía de Bogotá.
En el segundo caso, las decisiones de Petro sobre su apoyo a un candidato, han dejado un sin sabor, como lo mencionaba la sección En secreto, de El Tiempo, el excandidato de la UP, Jorge Rojas (un cercano a Petro que trabajó para su administración), se enfrentó al líder de la Colombia Humana (CH), al mencionar que su decisión de ofrecerle ser jefe de debate de la campaña de Hollman Morris, era una decisión personalista, fuera de la asamblea de la CH, y destaca que Rojas rechazó la propuesta.
No ha importado la hoja de vida Morris, ni las denuncias en su contra, ni si posee o no la preparación para administrar una ciudad que posee más presupuesto y complejidades que algunos países del mundo, no, lo importante es que Petro lo apoya.
En uno u otro caso, las redes sociales han explotado en defensa de las decisiones y honorabilidad de estos políticos, si es mejor que la CSJ investigue a Uribe y lo absuelva o no, para así no dejar manto de duda en su nombre, es irrelevante, y si Petro está tomando decisiones democráticas o no al interior de CH, también parece irrelevante.
Fenómeno nacional
Lo mismo podríamos mencionar en el caso de los Char, que tienen firmes candidatos a la gobernación del Atlántico y a la alcaldía de Barranquilla, o de Rodolfo Hernández, alcalde de Bucaramanga; todos estos casos demuestran un problema del sistema político, de no lograr la intermediación democrática de partidos, y un problema adicional de mediatización de la justicia, donde las instituciones son cuestionadas por siquiera mencionar a un político u otro en sus actuaciones contra la ilegalidad y en especial, contra la corrupción.
Es curioso que la idea esencial de la democracia, sobre el hecho de que el poder emane del pueblo, parece hoy una concepción etérea, donde los gobernados dotan de cualidades extraordinarias a ciertas personas, para entregar en ellos la responsabilidad de gobernarlos, y sentirse seguros bajo su dirección paternalista.
La representación terminó girando, ahora los representados olvidaron que sus representantes son humanos, y tomaron el camino de menoscabar las instituciones en nombre de otro humano imperfecto como ellos.
Finalmente, cabe recordar que todo esto ocurre ante la mirada de un segundo sector, que observa inerte el proceso de elegir, ser gobernados, y ver como se investiga y condena a esos políticos, todo esto sin participar, sin votar, sin inmutarse ante ninguno, pues para ellos “el sistema no funciona”, así vivan en él, y dejando que otros entre fanaticadas y arengas, se adueñen de lo público, pero eso sí, sin dejarse de quejar todos los días por lo que piensan “está mal”, aunque no hagan nada al respecto.