El Programa de Apoyo al Empleo Formal (PAEF) es una de las medidas bien orientadas que ha tomado el gobierno para hacer frente a las consecuencias económicas y sociales de la crisis del coronavirus, en particular para tratar de evitar la pérdida de empleos. Sin embargo sus resultados han sido muy inferiores a lo esperado: se ha podido utilizar solo el 40% de los recursos asignados y no se evitó la destrucción de 5 millones de empleos.
Creado mediante el decreto 639 del 8 de Mayo, el PAEF consiste en una ayuda monetaria a las empresas para cubrir una parte del salario de sus trabajadores. El monto de la ayuda es de $350.000 por trabajador y tiene dos condiciones: que los ingresos de la empresa se hayan reducido por lo menos 20% frente al año anterior, y que no se despidan ni se suspendan los contratos de esos trabajadores. Inicialmente se planteó para 3 meses y el 4 de Junio se extendió por un mes más (decreto 815 de 2020).
El PAEF colombiano es un programa en el que el Estado asume el pago de una parte del salario, similar al que adoptaron algunos países europeos para proteger el empleo, pero con resultados mucho menos satisfactorios. En efecto, en los 19 países europeos que hacen parte de la OECD el aumento de la tasa de desempleo fue de menos del 1%, mientras que en Colombia fue del 10%. (En ambos casos el incremento real fue mayor puesto que el indicador no incluye a las personas que dejaron de buscar trabajo).
Dos son las razones que explican esa diferencia tan grande: el monto del subsidio y la demora en otorgarlo. En cuanto al monto, en países como Inglaterra o Dinamarca el Estado asumió hasta el 100% del salario básico, acá solo fue el 40% del salario mínimo. Muchas empresas que no tenían ingresos para cubrir el resto del salario, tuvieron que despedir trabajadores y no pudieron solicitar el subsidio.
La demora en definir el programa fue evidente: a pesar que desde finales de marzo se plantearon diversas propuestas, el PAEF solo se creó dos meses después de la llegada del virus a Colombia y el primer giro correspondió a la nómina del mes de mayo, muy tarde para los 5 millones de colombianos que habían perdido su empleo en el mes de Abril.
Según los estimativos oficiales se esperaba que las empresas solicitaran el subsidio para 6 millones de trabajadores, por lo que tendría un costo de unos $2 billones mensuales. La realidad resultó muy diferente: en el mes de junio solo recibieron el subsidio 2.437.187 trabajadores, y un número similar en el mes de julio (solo 20.000 más que el mes anterior), de manera que el valor girado fue de solo $860 mil millones, solo el 40% de los recursos presupuestados, como ya se dijo.
El bajo número de beneficiarios solo se explica en una pequeña parte porque las empresas solicitantes no hubieran cumplido las condiciones requeridas. La UGPP, la entidad designada para verificar este cumplimiento, realizó una labor titánica al procesar y revisar en solo 15 días solicitudes de unas 115.000 empresas, de las cuales solo fueron rechazadas el 14% en junio y el 7% en julio. No hubo más empresas que solicitaran el subsidio porque muchas ya habían cerrado, o habían tenido que despedir a sus trabajadores.