«El más oscuro rincón del infierno está reservado para aquellos que conservan su neutralidad en tiempos de crisis moral.»
Dante Alighieri
En 1762 Jean Jacques Rousseau publicó El Contrato Social, un tratado de ciencia y filosofía política, el cual tiene como fin explicar y fundamentar fenómenos sociales, políticos, económicos y culturales que en su momento constituían la materialización de la relación Estado y Sociedad.
Rousseau en su teoría sostiene que el hombre en naturaleza, está desprovisto de cualquier maldad, que si bien nace libre se encuentra encadenado por distintas circunstancias, luego entonces, plantea que el hombre se despoja de la administración propia de algunos derechos para que un ente llamado Estado los administre y le garantice unos mínimos vitales que le permitan vivir de manera digna.
Los postulados de Rousseau tienen como antecedentes a Platón en su libro la República (360 años antes de Cristo) posteriormente Thomas Hobbes en su obra El Leviatán, publicada en 1651 y Jhon Locke que publicó en 1690 Dos Ensayos Sobre el Gobierno Civil. Hoy día luego de establecida la corriente filosófica contractualista y neocontratualista, siguen teniendo vigencia estos pensamientos y teorías de estos académicos que son padres del pensamiento político liberal.
Siguiendo entonces esta teoría, trayéndola a nuestros días podríamos decir que el Contrato Social en la Ciudad de Cartagena se encuentra viciado, tenemos la oportunidad los Cartageneros en este octubre próximo renovar en su integridad la naturaleza del mismo.
Se supone que elegimos Alcaldes para poder tener calidad de vida, la cual nos permita a cada uno de los ciudadanos desarrollar nuestros talentos y habilidades, para así poder generar ingresos y adquirir bienes y servicios. Resulta que nuestra ciudad se encuentra congelada en el tiempo, tanto que quienes ostentaban curules en la Cámara de Representantes y el Senado de la República hace más de veinte años, hoy día son quienes deciden el acontecer político y el destino de nuestra ciudad.
Estos mismos personajes han participado en todos los procesos donde se han elegido Alcaldes y Gobernadores en las últimas décadas, aplicando un mecanismo perverso, el cual consiste en elegir mandatarios gracias a su apoyo electorero, si esta persona no lograba saciar sus voraces apetitos burocráticos, se amangualaban con los entes de control para sacarlos del cargo, lo mismo a quien resultaba ser elegido derrotándolos en las urnas.
Renovemos el Contrato en Cartagena, elijamos a alguien que pueda cumplir su programa de gobierno, mantenga a la ciudad estable administrativamente y logre lidiar con carácter, valentía y tesón las ansias de saquear el erario de las anquilosadas casas políticas, representadas por esos dinosaurios que mediante dádivas y migajas, corrompen el consentimiento de los ciudadanos que a través el voto eligen a sus gobernantes y representantes.