El 54% de los habitantes de Bogotá se sienten vulnerables en la ciudad y tienen razones para estarlo. El pasado lunes conocimos el caso de Adriana Sobrero, víctima de hurto a su vehículo en el nororiente de la Capital; pese a su estado de embarazo los delincuentes le dispararon. La percepción de miedo e inseguridad persiste ante la constante ocurrencia de robos a celulares, residencias, locales comerciales, etc.
Velar por la seguridad de un entorno de 8 millones de habitantes requiere planeación e inversión, pero sobre todo un trabajo mancomunado con la justicia, que no se enfrasque en capturas momentáneas que generan más inseguridad, sino en un programa que logre la cooperación entre organismos como la Policía de la mano con la comunidades para que las cárceles no sean invadidas por pequeños delincuentes, pero que tampoco queden libres porque exponen a la sociedad a todo tipo de violencias.
Tenemos herramientas, la misión ahora es fortalecerlas. Contamos con El Plan Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrante, que básicamente se enfoca en el trabajo de la gente con el policía. Es un modelo al que le falta, pero de aplicarse correctamente se convierte en la mejor arma contra los delitos que aquejan las diferentes localidades del Distrito.
Otra gran herramienta, cuando se es víctima o testigo de un crimen, es la denuncia. Bogotá registra 75 hurtos diarios reportados, aunque seguramente el sub registro es mucho mayor. Además, el 74% de las víctimas, según informe de calidad de vida de “Bogotá como Vamos” consideran baja la probabilidad de que un delito sea sancionado.
A pesar de que la Policía hace un gran esfuerzo en las calles de Bogotá, el número de policías y la falta de trabajo coordinado con la ciudadanía han permitido que Bogotá no mejore sus niveles de seguridad. Hoy un ladrón en un semáforo, por ejemplo, sabe que incluso si es capturado por la Policía, la posibilidad de que tenga que pasar una pena en una cárcel es casi nula.
Por esto, tenemos que pedirle a nuestros representantes políticos en el Congreso de la República y al próximo Presidente de Colombia que logren aumentar el número de policías, logren mayor control para impedir que los jueces liberen a los delincuentes que ponen en peligro a la sociedad, y que logren modernizar el sistema carcelario y de justicia con una estrategia que permita a los ciudadanos volver a creer en sus sistema de justicia.
Mi compromiso como aspirante a la Cámara por Bogotá es contribuir a que Bogotá sea una ciudad más segura, con menos miedos y con ciudadanos tranquilos en las calles. No podemos permitir que la delincuencia continúe transitando sin freno por nuestras Localidades y barrios. No queremos seguir escuchando casos como el de Adriana todos los días. Por eso mi compromiso de fortalecer y ajustar los planes existentes en esta materia.