Kofi Annan, quien fue Secretario de las Naciones Unidas, decía que el hambre sumía a los pueblos en pobreza y la pobreza no deja desarrollar a los pueblos sus potencialidades y posibilidades. Una realidad más que comprobada por estos días en muchos lugares del mundo.
El tema del hambre no solamente se refleja en los cuadros patéticos de los pueblos africanos, sino en todo el mundo, Europa no tendrá paz sino se desarrolla el mundo de forma equitativa, sino se frena la desigualdad; Europa tiene de vecina a África, un pueblo con hambre y va a golpear siempre a Europa, como ahora Latinoamérica está golpeando a los Estados Unidos si siguen las políticas mundiales y en los países de fomentar la concentración de la riqueza y las posibilidades y fomentar las desigualdades.
Sobre este tema de los conceptos de seguridad y soberanía alimentaria no hay que tener ninguna prevención, son conceptos universales, pero también han sido acuñados formalmente por la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y la FAO es un organismo multilateral, del cual Colombia es país suscribiente de sus Tratados, de sus determinaciones y de sus decisiones, de los encuentros permanentes de la FAO que se desarrolla en todo el mundo y de manera rutinaria.
Y por supuesto no tiene ninguna implicación de promover, en el caso de la soberanía alimentaria políticas públicas autárquicas, de aislamiento, ¡de ninguna manera!
La seguridad alimentaria es la posibilidad de tener acceso suficiente y sostenido a los alimentos, de un individuo, de una comunidad, de una región, de un país. Eso es un derecho fundamental, de los Derechos Humanos de la gente y de soberanía, es la capacidad de dictarse sus propias políticas, es que los países tienen el derecho a ejercer su autodeterminación y de fijar sus políticas en los diferentes aspectos y en este caso en el tema de la producción y alimentación, por ejemplo.
Ahora, de ninguna manera un país va a dejar de importar lo que no produce, tiene que importarlo, lo que pasa es que no debe importar de manera declarada, alimentos que se generan en nuestros países y que nosotros entreguemos en los Tratados de Libre Comercio lo más esencial de la sociedad y economía colombiana que es el sector agropecuario.
Es que Colombia está importando 14 millones 800 mil toneladas de alimentos legalmente, sin sumar lo que viene de contrabando y lavado de activos en materia del sector agropecuario, lo que no está registrado en las cuentas nacionales.
Es que además de generar políticas públicas, garantizar la seguridad alimentaria, también se debe generar producción para garantizar la seguridad alimentaria, ¡no hay seguridad alimentaria, sin soberanía alimentaria!
Incluso, el Papa Francisco dijo hace unos meses, en los tiempos más duros de la pandemia, que los países más pobres del mundo tienen que sentarse con los países más ricos para renegociar deuda externa que es algo delicado y muy de la esencia de las relaciones económicas internacionales, pero a eso tienen que llegar los países pobres, porque las condiciones económicas y sociales de las naciones cambiaron por completo, es como en los contrato cuando se cambias las condiciones contractuales, el contrato tiene que negociarse, cuando no hay posibilidad de cumplimiento, nadie está obligado a cumplir lo que no puede cumplir y hay facultad de denunciar y de renegociar los convenios en este caso que tienen que ver con crédito, pero también al tema que sometieron a nuestros países o por preponderancia de los ricos o por falta de compromiso de los colombianos que no negociaron bien esos Tratados de Libre Comercio que tienen condenado a nuestro sector agropecuario y ahora más condenado con el alto precio de los abonos, de la urea, de los fungicidas, de los herbicidas, en fin.
Sí nosotros no promovemos la defensa del producto colombiano, agropecuario, industrial, agroindustrial no tendremos ingresos, no tendremos empleo y por supuesto la pobreza se asomará mucho más y la desigualdad será más evidente en nuestro país.
A eso tiene que apostarle Colombia, a reverdecer el campo, a apoyar a esos doce millones de campesinos que forman la gran ruralidad nacional, a evitar la importación de productos que se generan en nuestro suelo y además de excelente calidad, tenemos que creer en lo nuestro, incentivar la estrategia colombiano compra colombiano, solo así lograremos minimizar el impacto de la pandemia y lograr o recuperación del aparato productivo, del empleo nacional y el crecimiento de nuestra economía.