Teoría del votante mediano en Bogotá

Opinión Por

Una de las herramientas para conocer el posible resultado de una elección, o para explicar lo ocurrido, es la teoría del votante mediano, que afirma que aquel candidato que esté más cercano a las preferencias de centro en la forma como se distribuyen los votantes en dos extremos, será aquel que más sume y por lo tanto gane.

Tradicionalmente se ha utilizado en sistemas bipartidistas, pero también para explicar una elección cuando existe una división derecha – izquierda entre dos candidatos, de esta forma, el candidato que más se acerque al centro donde se aglomeran más posibles votantes, desde su extremo, tiene más posibilidades de ganar.

Bogotá

La elección a la alcaldía de Bogotá presenta un escenario muy interesante de división entre la centro-izquierda y la centro-derecha, y deja en cuestión lo que se ha llamado la polarización, como una forma de llevar al desgobierno a la ciudad en la medida que la rivalidad impide la continuidad de políticas o impide que una administración haga importantes proyectos, por motivos de enfrentamiento político.

Si fijamos a los candidatos según su ideología, encontraremos su intento por conquistar un lado del electorado, intentando acercarse al centro o radicalizándose, es así como candidatos como Hollman Morris, se han concentrado más en defender posturas cercanas a la izquierda del espectro político que en la ciudad generalmente se asocia a la figura del senador Gustavo Petro.

Pero arriba en las encuestas, se encuentra Claudia López, que desde el centro se acerca a la izquierda, en una coalición que incluye al Polo Democrático, y un sector de la UP, sin poder clasificar en dicho espectro al movimiento Activista, pues es su primera intentona a una elección en la ciudad.

Al otro lado, tendríamos a Miguel Uribe Turbay, exsecretario de gobierno del alcalde Enrique Peñalosa, aliado con todos los partidos que se ubican en el espectro político de la derecha, como el Partido Conservador, Colombia Justa Libres, Centro Democrático, y desde su dirección, y dividido, el Partido Liberal.

Mientras que, por firmas, Carlos Fernando Galán intenta justamente aquello que la teoría del votante mediano explica, ubicarse en el centro de una elección polarizada por los extremos. Pero, esto tiene algunos problemas.

Dilemas

Contrario a lo que se cree, la teoría del votante mediano, no ubica en el centro de la mayoría de votantes al mismo centro del espectro político, es decir, si dibujamos una línea recta en una hoja, y decimos que un extremo es la izquierda y el otro la derecha del tradicional espectro ideológico, el centro donde estaría el votante medio, no necesariamente tendría que estar en el centro de la línea, podría ubicarse más a la derecha o más a la izquierda, y los candidatos no necesariamente están en los extremos de la línea, podrían ubicarse de izquierda a derecha más cercanos o más lejanos al votante medio.

La pregunta del millón para esas campañas sería ¿Dónde está el votante medio en Bogotá?

Tradicionalmente se pensó que este se inclinaba más a la izquierda, debido a la victoria de candidatos más cercanos a ese extremo del espectro, en tres elecciones seguidas: Lucho Garzón (2003), Samuel Moreno (2007), y Gustavo Petro (2011). Por supuesto, esto es mucho más complejo, pues el votante medio no es estático, y la lectura sobre dónde se ubican los candidatos tampoco.

Pero al menos existe una constante en las últimas elecciones, la división de uno de los extremos hacía el centro, podría ser lo que provoque la derrota de ese bando. Es decir, la división de votos entre Carlos Galán, Gina Parody y David Luna, atomizó el voto que provocó la victoria de Petro y la derrota de Peñalosa en 2011.

Cuatro años después ocurrió lo contrario, las localidades que hicieron ganador a Petro, se dividieron en las votaciones de Clara López Obregón (en ese momento del Polo) y Rafael Pardo (Partido Liberal), lo que terminó en la victoria de Enrique Peñalosa.

Finalmente, ese es el verdadero juego, si Galán quiere este año apostarle al votante medio, debe identificar de cuál de los dos extremos es posible sumar más y si allí están aglomerados, mientras el juego de Claudia y Miguel podría ser el contrario, no dejarse restar, y no dejar fracturar el voto de su lado del espectro político.

Si Galán no llega al punto del votante medio, podría simplemente ser el factor de fractura de uno de los dos lados, es decir, si termina por acercarse al votante de centro-derecha, podría provocar la victoria de Claudia y al revés provocando la de Miguel. Esperemos a las encuestas y los escasos tres meses que nos quedan.

Politólogo, con énfasis en comunicación política. Dirigió el programa Politizate, de Poliradio. Trabajador incansable por la participación ciudadana y el control social.