En noticias internacionales del 5 de febrero, hemos escuchado que el Senado de los Estados Unidos absolvió al presidente Donald Trump del Impeachment o juicio político en su contra por el escándalo de Ucrania para promover una investigación contra el demócrata Joe Biden, y contra el abuso de poder.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos había aprobado este juicio político, mientras que el senado de este país votó 52 en contra y 48 a favor, y lo absolvió del juicio por abuso de poder, y frente al cargo de obstrucción al congreso se votó 53 en contra del presidente y 47 a favor. Se requerían 67 votos para tener éxito en la destitución del jefe de estado.
Lo interesante de este hecho, es que el senador republicano Mitt Romney votó a favor del juicio político poniendo por encima a Dios y a la constitución frente a su partido y a su líder, ejemplo que muchos colegas de su país y de otros países y continentes debieran seguir. Este hecho ha sido único en la historia de los Estados Unidos.
Lo lamentable es que el Senado no siguió el procedimiento a fin de comprobar si el Jefe de Estado violo o no la Constitución y las leyes, tema que sí realizó la Cámara baja en donde se llevó a cabo toda la etapa probatoria.
Con este hecho, la democracia de los Estados Unidos no solo sufrió una grave pérdida, sino que dio un mal ejemplo para el mundo, y para quienes les encanta imitar la actitud del presidente Trump.
De esta forma, el presiente Trump ya no tiene impedimento alguno para poder postularse en su segundo mandato para la presidencia por su partido.
Con todo ello, Trump salió fortalecido en tres ocasiones, la primera de ellas, en su discurso al Congreso, al mostrar sus éxitos económicos y el aumento del empleo que al parecer ha obtenido. La segunda fue la nominación por su partido como el candidato republicano a la primera magistratura del país; y la tercera, al salir libre de este juicio político. Por lo tanto, el único perdedor fue el partido demócrata quien salió debilitado.
Lo lamentable es que en el país del tío Sam, sucede lo mismo que en Colombia con la polarización: lo único que se genera son divisiones y odios.
En la transmisión de televisión se pudo ver cuando la presidente de la Cámara Nancy Pelossi rompió las páginas del discurso que le había entregado el presidente Trump, por considerar que no contenía la verdad, y como respuesta del desplante que este le hiciera al dejarla con la mano extendida al momento de saludarse.
Si en el país que algunos consideran “el más poderoso del mundo” se da la corrupción en estas dimensiones, y los antivalores pululan, tal como se ejemplarizó con este hecho de absolución, imaginemos ahora lo que puede suceder en algunos países como el nuestro que sigue teniendo dinámicas parecidas a lo que se conoce como “repúblicas bananeras”.
Estados Unidos se conocía como la cuna de la democracia, lo cual hoy parecería algo contradictorio, pues al haber absuelto el Congreso a Trump y quedar este en la impunidad, las instituciones democráticas se debilitaron, produciéndose un desequilibrio entre las ramas del poder público, ya que el presidente parecería estar por encima de todo lo bueno y lo malo, y tendría carta libre para hacer lo que él quisiera. Es decir, como se diría en algunas películas inglesas, “licencia para matar”.
¿Qué esperanza y confianza podría tener el mundo con este país, frente a sus actuaciones de política exterior?