La casi totalidad de los candidatos a la Presidencia de Colombia están buscando inscribirse por movimientos ciudadanos, lo que significa recoger firmas para ese propósito en todo el país. Este es un hecho de la mayor gravedad para la supervivencia de los partidos políticos y demuestra una profunda crisis de estas organizaciones democráticas.
Alrededor de 25 candidatos han anunciado que se inscribirán por firmas, lo que hará que muchos colombianos firmen más de una planilla, con el argumento de que “una firma no se le niega a nadie”.
Muy seguramente los ciudadanos serán abordados en centros comerciales, calles, plazas, iglesias, teatros y estadios para que llenen unos cajoncitos con los datos personales básicos y procedan a firmar planillas de candidatos tan disimiles como Vargas Lleras, Gustavo Petro, Clara López y Alejandro Ordoñez.
Se esperaría que en una democracia seria y con reglas de juego muy claras, una persona sólo pudiera firmar una única planilla para respaldar un único candidato. Pero como la nuestra es una democracia imperfecta y graciosamente folclórica, serán muchos los colombianos que apoyarán los 25 candidatos y el día de votar lo harán en blanco o anularán su sufragio.
Los únicos partidos que tendrán candidatos serán el Liberal, Verde y Centro Democrático. El resto esperarán para hacer acuerdos “programáticos” con los aspirantes por firmas, los mismos que en algún momento militaron en sus filas, que no creyeron en la democracia interna, pero que sí están dispuestos a buscar sus votos en el momento en que se requiera.