Mucho se ha dicho sobre el balance de los cien días en el poder del Presidente Gustavo Petro y sobre el resultado de las encuestas. Lo cierto es que si comparamos las estadísticas con las de los cien días del gobierno anterior, encontraríamos una gran diferencia porque a pesar de muchos el presidente Petro lo aventaja de lejos.
Si somos honestos, es difícil hacer un real balance de los primeros cien días de un mandatario más si tenemos en cuenta la mala gestión de su antecesor; además es un tiempo muy corto para poder calificar no solo lo que ha tenido que afrontar de nuevas dificultades como han sido las inundaciones, sino los imprevistos de algunos problemas que dejó el gobierno Duque que por cierto son bastantes como es el caso de la reconstrucción de la isla de Providencia.
Si bien para los detractores del gobierno Petro el tema de la reforma tributaria es un desastre, es importante resaltar que la visión que tiene la comunidad internacional del actual mandatario y de su gestión es positiva.
El tema del cambio climático es fundamental y si bien es cierto que se requiere ir poco a poco haciendo una transición energética, también es cierto que como lo dijo el Presidente Lula, países como el nuestro no pueden hacerlo de la noche a la mañana, y en particular como es el caso de Colombia cuyo ingreso de recursos depende en un alto porcentaje de la producción petrolera. Ojala el Presidente tenga en cuenta esta recomendación, puesto que estos recursos serán fundamentales para sustentar su propio programa de gobierno.
De otra parte, si bien la Primera Dama Verónica Alcocer no es una funcionaria pública, no se puede desconocer que es una Primera Dama sui generis, que ha sabido ponerse la camiseta por las causas sociales y por ayudar a su esposo.
Es una mujer aguerrida, con ideas, con compromiso, con carisma, autentica y sobre todo con verraquera.
Aunque los opositores de Petro la vean cursi, y le coloquen cualquier tipo de calificativos, hay que destacar que no se arruga por nada y que su compromiso por ayudar a los más desfavorecidos, por las causas justas y por los temas fundamentales del gobierno es auténtico.
Evidentemente que habrá cosas por mejorar como la articulación con algunos de sus ministros, pero no se había visto antes tanta energía y resultados en unas temáticas como la paz total que es la columna vertebral de su política exterior.
Los diálogos regionales, las conversaciones con el ELN y la mesa de trabajo que se tendrá así como el nombramiento de los negociadores, la reanudación de las relaciones diplomáticas con Venezuela, la aprobación del acuerdo de Escazú, el que se dilato durante todo el gobierno Duque, son algunos de los temas fundamentales que en tan poco tiempo ya son un hecho.
Lo más importante es que se conoce el rumbo que el país está teniendo y en particular en materia de política exterior y diplomacia, pues en este aspecto estábamos no solamente en el limbo sino que Colombia no salía de oso en oso internacional.
De continuarse así, Colombia realmente tendrá el cambio social que se requiere para que vayamos pacificando el país y se alejen los malos presagios de algunos con vaticinios cocinados de un gobierno comunista chavista que quiere perpetuarse en el poder.