Uno de los acontecimientos que mas ha golpeado la economía mundial a parte de la pandemia que estamos viviendo, ha sido la crisis energética desatada por la OPEP al iniciar una guerra de precios contra Rusia y Estados Unidos, y aunque logró su objetivo de llegar a un acuerdo para reducir la producción mundial de petróleo, este no sólo cobija a los miembros de la OPEP si no a otros países productores.
El objetivo de los Árabes era simple, subir el precio sin perder cuota de mercado, razón que llevó a la OPEP a anunciar que no iba reducir producción a menos que las demás naciones productoras también recortaran la suya, desde este punto es que la firma del acuerdo es una victoria Árabe, pues aunque el precio del crudo no subió y no vaya a subir en los siguientes meses, sí lograron un recorte de la producción mundial que incluye a los principales productores que no están en la OPEP, recorte que mantiene las cuotas de mercado actuales.
Demasiado petróleo
Pero ¿Por qué si la producción mundial se recorta el precio no sube?, bueno, la respuesta es un poco simple, pero compleja en sí misma; y es que el mundo está inundado de petróleo, hay demasiado petróleo y no porque se está produciendo sino porque está almacenado, son los inventarios de lo producido.
Estos inventarios petroleros fueron en primer momento consecuencia de la sobre-producción de este recurso, que por vicisitudes de la historia se dio en un momento de contracción económica y parálisis de la producción mundial, parálisis por una pandemia que, si no fuera por la acción de las naciones, la OMS y la tecnología médica moderna, sería de las dimensiones de la gran pandemia de la gripe española.
Entonces, la sobre-producción (alta oferta) se juntó con una economía paralizada (poca demanda); la parálisis la vivió primero China y el Sudeste Asiático por las medidas sanitarias, luego Europa y por último América, estas parálisis sean totales o parciales (dependiendo si un país está o no en cuarentena) reduce la demanda de crudo y sus derivados, ya no se necesita la misma cantidad pues la maquinaria está paralizada.
Un escenario en donde se acumuló inventarios de crudo mientras el precio del mismo se desplomó, como lo vimos en meses pasados, donde a pesar de reducirse la producción, el exceso de oferta de mercado no se elimina, y no se elimina porque las economías occidentales o están paradas o caminando a media marcha, merma la principal fuente de energía moderna.
Es así que, mientras las economías se mantengan cerradas y las naciones estén bajo observación médica, es muy difícil que el precio del crudo vuelva a subir, lo que hace más probable que se mantenga oscilando alrededor de los 20 dólares.
¿Cuánto durará el precio del petróleo caído?
Este es un escenario que durará unos meses, todo depende de que tan rápido los Estados Unidos y Europa superen la crisis sanitaria, y China logre recuperar su dinamismo parado por la cuarentena, y estancado porque el resto del mundo está cerrado y por ende sus exportaciones están limitadas.
Después de superar las cuarentenas y si en este periodo de tiempo los inventarios no se han reducido, el alza del precio se postergaría por unos meses más, poniendo como el escenario mas probable que el precio vuelva a repuntar ya sobre el último trimestre del 2020.
Pero la recuperación del precio del crudo no será una secuencia en la que toca piso, se estabiliza y crece como la palma, más bien va a ser un crecimiento lento, volátil pero continuo durante un par de años, porque superada esta emergencia sanitaria el mundo tendrá que afrontar una de las recesiones económicas más grandes de la historia.
Lo que pasó ayer en el mercado está relacionado con el tope de capacidad de almacenamiento de petróleo, los días 21 de cada mes se concretan las ventas de futuros de petróleo, dado que no hay donde almacenarlo y el costo de almacenamiento es insostenible, obligó a los poseedores de estos títulos a deshacerse de su posesión, lo que llevó al precio negativo en el mercado de futuros (que no es el mismo precio de mercado del petróleo), la buena noticia es que es poco probable que se repita, porque las economías tienen que abrirse y por ende empezar a demandar energía.
Aún así, esto no quiere decir que su precio vaya a subir en los siguientes meses, porque el verano llega y se requiere menos energía al no haber calefacción encendida, siendo lo más probable que rebote rápidamente cerca a los 20 dólares, hasta el 20 de junio, donde se volverá a ver una situación similar si no se han liberado inventarios.
¿Qué significa esto para Colombia?
Esta crisis que, aunque no llame la atención de la prensa y esté en un segundo plano por la gravedad de la emergencia sanitaria que debe ser atendida y debe tener toda la prioridad, configuró la tormenta perfecta para desatar una de las crisis más grandes de la historia contemporánea y que va a golpear a Colombia como un tsunami cuando pase la emergencia por la pandemia.
Algo que sí debe preocuparnos, pues el gobierno ya cometió el error de hacer una reforma tributaria reduciendo ingresos y quitándose margen de maniobra, y ahora se va a ver obligado a subsanar las cuentas deficitarias a las que se le suman bajos ingresos y un gasto alto a consecuencia de la emergencia, casi que obliga a una nueva reforma tributaria, pero deja el gran interrogante entonces de dónde se va financiar un paquete de inversión para reactivar la economía que va camino a una recesión si hay que tapar los huecos.
Creo que es el momento que el gobierno vaya pensando solventar la emergencia, y un paquete de reactivación económica post-emergencia, con medidas más heterodoxas, con un rol más central de la política fiscal y monetaria, explicación que queda para una columna posterior.